La Red Solidaria de Ciudadanos en Defensa de sus Derechos (Red Sol Salta) reclama la restitución de una anciana a su vivienda, en villa Chartas, desde donde fue sacada a mediados de 2011 por parientes que la institucionalizaron en Cafayate.

La entidad civil que preside María Elena Jiménez pidió a la defensora oficial Natalia Buira que interceda para que Rosalía Rivas sea regresada a su casa, en el pasaje Anta 1251, y le restituyan los acompañantes terapéuticos que le había asignado el Instituto Provincial de Salud (IPS) antes de que se la llevaran sin su consentimiento.

“Rosalía fue arrancada del hogar donde tenía sus pertenencias y afectos. Su estado general de salud y sus ánimos decayeron de manera preocupante a causa del desarraigo que le ha sido impuesto”, sostuvo Jiménez, quien en mayo de 2011 hizo conocer a los medios la historia de necesidades de Rosalía Rivas en la casa donde sola, con los achaques propios de la vejez y junto a tres perritos que representaban sus afectos diarios, subsistía con una jubilación mínima.

Las notas periodísticas ayudaron a Rosalía a hacerse de un círculo de amigas-benefactoras que, a través de la Red Sol Salta, lograron que el IPS le pusiera dos acompañantes terapéuticas que iban a su domicilio, en turnos de cuatro horas cada una. También comenzaron a gestionarle audífonos y una operación de cataratas, ya que además de sus problemas de motricidad, la anciana veía y escuchaba con dificultad.

En medio de estas tramitaciones, sus amigas comenzaron a notar una predisposición en la Dirección de Adultos Mayores a institucionalizarla, una opción que las amigas de la anciana consideraban contraproducente para su salud física y mental.

Una mañana, a fines de julio de 2011, Jiménez llamó a la casa de Rosalía para ver cómo se encontraba y

fue atendida por un joven. El ocupante de la vivienda dijo ser un familiar e informó que María Rueda, una sobrina de Santa María (Catamarca) se la había llevado para integrarla a la familia, pero que la anciana no se adaptó a su nueva vida y la internaron en un asilo de esa localidad. Allí estuvo por un tiempo, pero se resistía a permanecer en ese geriátrico y la derivaron a un hogar de Cafayate.

“Esto fue autorizado por la Dirección de Adultos Mayores. Me sorprendió que nadie me avisara del traslado de Rosalía, cuando sabían que me ocupaba de sus temas médicos, personales y legales. Elevé una nota pidiendo noticias suyas y no me respondieron”, denunció Jiménez.

Espera triste y desmejorada que la regresen a su hogar

El pasado 4 de noviembre la presidenta de la Red Sol Salta, María Elena Jiménez, viajó a Cafayate para conocer el lugar donde está Rosalía y ver como se encuentra su amiga. “La encontré totalmente desmejorada y con sus problemas de movilidad, sordera y visión agudizados. Nunca le dieron los audífonos y las cataratas ya le quitaron la vista de un ojo. Está triste, extraña mucho a sus perritos, desea regresar a su casa y pide que le devuelvan sus animalitos”, manifestó.

Jiménez le preguntó a la directora a cargo del hogar cafayateño, Alicia García Martín, si Rosalía prestó su consentimiento para estar allí. “Me contestó que no, que fue dejada en ese geriátrico por su sobrina, quien nunca más volvió a visitarla, y es la única que podría sacarla, porque es la familiar que autorizó su institucionalización.