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En enero de 2011, el río creció durante una tormenta. Por el daño en sus casas, 400 personas debieron ser refugiadas. Los vecinos sostienen el reclamo por más obras y desde la Municipalidad afirman que realizaron los trabajos necesarios.
18 DE Enero 2013 - 06:15
En Ceferino cuentan que nadie duerme si hay tormenta. Asomarse “para mirar si se viene el río”, es rutina cuando la lluvia dura más de cinco minutos. Los vecinos del lugar vieron la furia con que desbordó el Arenales en enero de 2011. Prácticamente dos años después, en la zona sienten que tuvieron que acostumbrarse a vivir con temor, aunque la Municipalidad asegure que se hicieron los trabajos necesarios para que no se repita la emergencia.
“En cosa de minutos el agua llegó al metro y medio de altura adentro de las casas. Salimos como pudimos. A mi hija de 11 años tuve que rescatarla porque se la llevó la corriente”, recuerda Ariel Mamaní, que vive a unos 150 metros de la orilla.
La noche del 31 de enero de 2011 un temporal hizo crecer al Arenales. El desborde dejó a unas 400 personas evacuadas en los barrios que están más pegados al río: Ceferino, 13 de Abril y Villa Angelita. Muchas familias pasaron días en escuelas y otros refugios después de la tormenta.
“El barro nos pudrió todo, hasta los papeles. Algunas paredes quedaron rajadas. Desde entonces, el agua que sale del pico no volvió a tener presión”, relató Ariel Mamaní.
182 milímetros es el promedio de precipitaciones para enero. En 2013 ya cayeron más de 125 milímetros.
“Hace 20 años que vivo acá. Perdimos lo que teníamos. A mi suegra de 90 años la sacaron por una ventana... Nunca habíamos visto algo así”, dijo María Ortega, otra de las damnificadas.
Pasada la urgencia, se estimó que unas 2.000 familias habían sufrido pérdidas graves y otras 2.000 daños parciales en una de las zonas donde la pobreza se hace más evidente en la Capital.
En esta parte de la ciudad no hay cloacas y el olor de los pozos ciegos se siente desde lejos en verano. Pese a la falta de recursos, muchos compran agua de dispenser porque tomar de la canilla no es seguro.
Las lluvias constantes de enero reavivan el miedo entre los vecinos. Algunos comentan que “el río se está comiendo los bordes”.
Los pronósticos hablan de precipitaciones intensas hasta marzo y la gente hace resurgir su pedido de obras que prevengan una nueva inundación.
“La solución de fondo sería una canalización. El año pasado nos presentaron un plan, pero solo se realizó un dragado parcial con maquinaria del Ejército. También prometieron desmalezamiento, pero no se cumplió”, dijo Marcelo Echazú, otro habitante de Ceferino.
Consultado sobre el reclamo, el secretario de Obras Públicas de la comuna, Federico Gauffin, aseguró que se hicieron los trabajos necesarios para evitar una situación como la de 2011.
“Si volviéramos a tener una tormenta extraordinaria, podría haber algún tipo de inconveniente, pero estamos preparados para afrontarlo”, señaló el funcionario.
Pero los que viven en las cuadras arrasadas por la crecida creen que no hubo un programa integral que garantice seguridad. “Nos volverán a ver en la calle protestando si nos inundamos de nuevo”, prometió Ariel Mamaní, a dos años de lo que muchos recuerdan como una de las situaciones más críticas en la historia reciente de la ciudad.
Hay una demanda por daños
La Justicia deberá resolver este año la causa que iniciaron 116 familias afectadas por el desborde del río Arenales en 2011. Los vecinos reclaman obras que prevengan una nueva inundación y una reparación económica por los daños.
El Poder Judicial consideró, en primera instancia, que el pedido de obras quedaba abstracto porque la “Unidad Ejecutora de Saneamiento del Río Arenales” ya tiene trabajos proyectados.
Sin embargo, en 2012 los vecinos apelaron y el tema se tiene que definir en la Corte de Justicia de Salta.
“Por más que existan planes o comisiones, lo concreto es que todavía no se realizó ninguna tarea de fondo y hay una situación de riesgo. Lo único que se hizo fue remover escombros”, señaló a El Tribuno Pedro Arancibia, abogado que representa a las familias damnificadas.
Arancibia dijo que se deberían haber programado obras de contención del agua y que también se podría haber analizado si corresponde reubicar a vecinos que corran peligro.
El defensor también inició una demanda el año pasado por los daños y perjuicios que sufrieron los vecinos. El abogado pide que se reconozca una reparación cercana a los 4 millones de pesos para repartir entre los 116 habitantes de la zona que se presentaron ante la Justicia.
En la denuncia se apunta contra la Municipalidad de Salta, la Provincia y la empresa de transporte Marozzi, que se encuentra frente al río y está acusada de haber hecho un terraplén que ocupó parte del cauce y contribuyó a la inundación.
“Hubo una limpieza de 4 kilómetros”
Desde la Municipalidad de Salta aseguraron a El Tribuno que se realizaron obras de dragado y limpieza para prevenir que se repita la inundación de enero de 2011.
El secretario de Obras Públicas de la comuna, Federico Gauffin, detalló que “hubo un encauce y limpieza de los 4 kilómetros que abarca el tramo urbano del río”.
“Se removieron 45.000 metros cúbicos de material. Por el régimen pluvial del Arenales, todos los años deja una cantidad de sedimento que puede generar problemas cuando crece. Pero se viene haciendo lo necesario para evitarlo”, manifestó el funcionario.
Gauffin también dijo que se está buscando financiamiento internacional para un proyecto de canalización de parte del río y que el plan podría incluir muros de contención. “Eso demandaría una inversión que, quizás, supere todo el presupuesto municipal”, apuntó Gauffin.
Los datos