Renzo fue atropellado por un Renault 18 cuando estaba por ingresar a un boliche junto a sus compañeros y, según los testimonios de testigos, el automovilista que conducía, identificado como Juan José Molina (34), circulaba a alta velocidad, con las luces apagadas y en aparante estado de ebriedad.

“Podría haber embestido a muchos más chicos. Si pasaba un metro más hacia el costado hubiera sido un desastre todavía mayor”, dijo un familiar de la víctima.
Los testigos contaron que a una chica la alcanzaron a correr, aunque el vehículo impactó a Renzo, que al parecer, venía caminando detrás.

La tragedia ocurrió el sábado a la noche, cuando Renzo bajó del micro de la empresa Plusmar que lo trasladó junto a sus compañeros hasta la puerta del local bailable “La Zona”.
Fuentes policiales de esa provincia señalaron que, apenas el chico bajó del cordón de la vereda para entrar a ese boliche, fue embestido por el auto. “Los propios compañeros de Renzo presenciaron el impacto. Hubo gritos y desesperación. Y no bien llegó la ambulancia, al joven estudiante lo subieron al móvil y lo trasladaron al hospital Schestakow”.

El lunes, a las 14.30, el director de ese centro médico informó que el cuadro de salud de Renzo era ya irreversible. “Hace media hora vimos el último encefalograma que indicaba la muerte cerebral. No se registra ninguna actividad cerebral. Ya se dio aviso al INCUCAI y a la familia para determinar lo que se va a hacer”, dijo el profesional, y agregó: “Ha sido un golpe con mala suerte, que provocó una traumatismo de cráneo causando un edema importantísimo con una lesión difusa en todo el cerebro, con lo cual no tenemos nada para mejorar; no hay forma de revertirlo”.