Me dirijo a Ud. para comunicarle que el pasado 18 de junio, cuando fue la inauguración de las nuevas instalaciones del PAMI en calle Zuviría 20, sufrí un accidente cayendo de las escaleras (bastante peligrosas para las personas de tercera edad). El accidente me causó fractura de dos costillas, la 5ta. y 6ta, desviación de columna vertebral y cervicales, impidiéndome realizar mis actividades de trabajo que efectúo para mi supervivencia: ‘profesora de folclore‘. Sumado a esto, soy enferma oncológica (operada de cáncer de colon) y soy una mujer que vive sola; cualquier situación emocional dispara a mi salud.
Manifiesto mi indignación por falta de humanidad y sensibilidad de mi obra social PAMI, a la cual pertenezco y hago mis aportes hace 36 años. Salvo la licenciada Nene, que se humanizó ante mi situación, nunca recibí de parte de mi obra social ‘PAMI‘ un llamado para preguntar como estoy.
Pedí que se me ayude por medio de la Aseguradora Federación Patronal. Me contestaron que el PAMI no paga desde el año 2012.
Yo pregunto: ¿Dónde va la plata del jubilado y pensionado?. ¿Que hubiese pasado si me mataba con dicho accidente? Espero Justicia.

Ana Milagro Camacho, Ciudad