La música sonó como un canto solidario. Los artistas respondieron a la convocatoria, las familias disfrutaron del folclore puesto en escena por jerarquizados exponente y las obras de la comunidad de la iglesia María Reina del barrio El Tribuno tendrán varios granitos de arena más.

La novena edición de la Serenata a la Virgen se prolongó hasta los primeros minutos de hoy a toda fiesta, a puro carnaval, con las infaltables albahaca y harina, con la guía musical de Sergio Galleguillo, el riojano padrino de la propuesta del padre Néstor Aramayo con su nueva apuesta: la biblioteca para el barrio, a la vez que avanzar con las aulas para “la escuela del futuro” que se construye al lado de la parroquia y que el año que viene tendrá 410 alumnos.

La serenata de ayer reunió, como es habitual, a miles de vecinos/colaboradores permanentes de la obra pastoral. Como ya es costumbre, se vivió una fiesta familiar que permite sumar recursos para avanzar con las obras, a la vez que disfrutar de un nutrido listado de cantores populares que desfilaron por el escenario levantado en el campo deportivo del Complejo Nicolás Vitale.

La conducción estuvo a cargo de Maby Pastrana e Iván Romero, acompañados por el humor del Payaso Acuarela.

El sonido, como es costumbre fue del gran Pascar, un hombre de un corazón inmenso, que acompaña cada propuesta solidaria.

La nómina

Palomita Liendro, Los Kallpas y Paola Prieto fueron de la partida en el comienzo de la jornada festiva, alrededor de las 20.

Luego fue el turno de la enorme aerofonista cafayateña Mariana Cayón, quien repasó parte de su conocido repertorio y deleitó con sus interpretaciones.

Siguieron Los Ceibales, con su folclore tradicional y su típica vestimenta de gaucho. Cantaron sobre el escenario y terminaron su actuación abajo, a capela, entre la gente. También actuaron Tucanychaya.

La continuidad estuvo a cargo de Pujllay. Era el comienzo de la gran fiesta carnavalera. Estos jóvenes arrancaron los primeros ritmos de carnavalitos mientras a los costados del predio empezaba a aumentar la demanda de bolsas de harina.

Al cierre de esta edición, todo estaba preparado para la llegada del riojano que hace de la chaya un himno de alegría y del carnaval un rito cada vez que se presenta.

Un lugar para más de 400 chicos

La escuela Bicentenario nació como respuesta a la necesidad de una escuela católica en la zona sur de la ciudad de Salta, que alberga más de 20 numerosos barrios.Es un proyecto educativo que contempla la inserción del niño a los 3 años de edad, nivel inicial y primaria solamente hasta el 5º grado, ya que después comienza el primer año del Bachillerato Humanista (7 años de estudio).

Es la primera escuela en Salta que hace la experiencia de Filosofía con Niños, no como un taller, o una charla, sino como materia curricular durante todo el año, desde la sala de 3 años. Actualmente son 375 niños que asisten en los turnos de mañana y tarde.

El aporte estatal es muy bajo y por eso necesitamos la colaboración de todos, destacó el padre Néstor.