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Alrededor de 50 familias de la zona rural perdieron sus pertenencias en medio del barro y el agua. (Fotos gentileza Alejandro Sanchez)
27 DE Noviembre 2013 - 01:43
Familias aisladas, viviendas destruidas, rutas anegadas y cortadas fueron la postal de los pueblos del Valle de Lerma después de la tormenta del lunes. Pero el vendaval y la inquieta tranquilidad de la zona rural de las localidades de Coronel Moldes y Chicoana también dejaron al descubierto la falta de premura y capacidad de anticipar los desastres provocados por los fenómenos naturales.
Cincuenta familias damnificadas, una veintena de vehículos estropeados, un centenar de viviendas destrozadas y otros tantos percances originó el tornado que ingresó por la zona sur del dique Cabra Corral hacia las poblaciones del Valle de Lerma.
Las ráfagas de viento alcanzaron los 100 kilómetros por hora. Las localidades de Moldes y Chicoana fueron las más afectadas.
Hacia el centro de la región, el temporal amainó y apenas llegó convertido en una aliviadora llovizna, después de los 36º C que marcó el termómetro a las cuatro de la tarde del lunes.
Fue sorpresivo
“Fue como un tifón la tormenta. Ingresó con tanta fuerza por el sur, que no dio tiempo de guarecerse en algún lugar. La gente corría de un lado al otro para protegerse. Por fortuna ninguna embarcación se dio vuelta. Nadie avisó que se venía esta tormenta. Por fortuna no hubo víctimas que lamentar”, explico José Luis Corivalino, que desde hace años trabaja con las lanchas en el Cabra Corral en la zona del camping El Préstamo.
El asfalto de la ruta 68 entre el paraje La Maroma y Moldes estuvo anegado gran parte del día. El tránsito estaba habilitado, pero con precaución por el lodazal producido por la saturación de los desagües.
Fueron alrededor de 6 km lineales de la ruta nacional que fueron tapados por varios centímetros de lodo y agua que escurría desde los campos. En esa misma zona, en el paraje El Simbolar, en el ingreso hacia La Maroma, en jurisdicción de Chicoana, diez familias perdieron todo.
Destrucción total
“Fue como un alud que ingreso a mi casa. No había por dónde salir. Nunca nos ocurrió esto con las lluvias. Había vecinos a los que se les volaron las chapas de sus techos que debieron refugiarse en la grutita del paraje”, contó a El Tribuno Javier Figueroa, vecino de El Simbolar.
La coordinación de emergencias y ayuda social de la Municipalidad de Chicoana llegó recién ayer a la tarde a la zona, debido a las dificultades que presenta el ingreso a esta zona. Allí entregaron ropa de abrigo, colchones y chapas a los afectados.
Las comisarías de la jurisdicción no reportaron heridos, aunque en el hospital Anzoátegui, de Moldes, la guardia atendió varios casos de shock nervioso y heridos leves y golpeados por las caídas o golpes con las ramas desprendidas de los árboles.
AGUA Y LODO BAJAN DE LA MONTAÑA.
El día después del vendaval, Moldes quedó desolado
Desolación es la palabra que mejor describe la postal que quedó de Coronel Moldes, tras el vendaval que azotó el lunes pasado la localidad. Son más de 40 las familias que resultaron damnificadas. Sus viviendas fueron seriamente afectadas por la lluvia, el granizo y el viento que alcanzó alrededor de los 100 km/h provocando voladura de techos, caída de árboles y de postes del alumbrado público. El ojo de la tormenta se extendió de las 16 a las 18, aproximadamente. “Se vivieron momentos de mucha angustia. No recuerdo que hayamos sufrido en los últimos años una situación similar”, contó Rosana Armella, secretaria de Gobierno de la Municipalidad.
A pesar de los cuantiosos daños materiales, no hubo que lamentar víctimas fatales ni heridos de consideración.
Desde la tarde noche del lunes y hasta la madrugada de ayer personal municipal, de Edesa, de la Policía de la Provincia, de Bomberos y muchos vecinos solidarios trabajaron en forma conjunta y coordinada para solucionar en parte, las consecuencias de los destrozos y evitar que la gente abandone sus viviendas, hasta que pueda brindársele una solución de fondo.
Fueron afectadas, principalmente, las construcciones con techos de chapa. Muchos barrios permanecieron gran parte de la noche sin energía eléctrica, mientras los técnicos de la empresa prestataria del servicio arreglaban los daños que produjo en la red, el fuerte vendaval.
Ayer, durante toda la jornada, agentes del área de Acción Social de la comuna realizaron un relevamiento tanto en el sector urbano como rural, para tener una idea más acabada de lo que necesitarán para asistir a los damnificados.
“En un principio ayudamos con chapas y otro tipo de materiales y también mano de obra a gran parte de las familias afectadas, pero por la magnitud de los daños estamos gestionando la colaboración del Gobierno de la Provincia, para poder acercar a todos una solución. Lo que pasó en Coronel Moldes nos supera”, explicó Rosana Armella.
Los daños
La caídas de postes del alumbrado público y de árboles afectó fundamentalmente a los barrios San Nicolás, Los Filtros, Tránsito y al paraje El Préstamo. Las ráfagas también causaron destrozos en la zona del puente del dique, donde cayó el cableado eléctrico. También se produjeron numerosos desprendimientos de rocas, que dejaron prácticamente intransitable a la ruta provincial 47.
Para ayudar a la gente hay comunicarse con sms
El intendente Esteban D’Andrea recorrió la zona rural y de la Quebrada de Chicoana para brindar ayuda de los vecinos damnificados.
“El Simbolar es impenetrable con las lluvias. Su ubicación está al lado de la ruta 68 hacia el dique Cabra Corral. Su geografía es accidentada. Llevamos asistencia a la gente. Adonde no llegamos, nos comunicamos con mensajes de texto con los vecinos. No nos queda otra manera. Cada vez que ocurre un siniestro natural son muchos los que quedan aislados”, explicó el jefe comunal.
Con respecto a los avisos de prevención sobre los alertas meteorológicos, Ivetich fue preciso: “No hay nadie que avise o tenga la voluntad de enviar un alerta. Podríamos prevenir muchos efectos colaterales de la naturaleza. Debido a esa falta de estructura de Defensa Civil, nosotros ideamos un grupo de Coordinación y Ayuda Municipal para las situaciones de riesgo”.
En la Cuesta
La tormenta se hizo fuerte también en la zona de altura de la Cuesta del Obispo. “El agua bajó estrepitosamente por el cauce del rió. Por fortuna no siguió lloviendo en las altas cumbres. La crecida llegó al pueblo sin fuerzas”, afirmó el intendente de Chicoana.
Las zonas afectadas por el temporal del lunes fueron Tilián, Chivilme y El Simbolar. Por la zona de la Quebrada, el paraje Escoipe fue el que corrió riegos de anegamientos. Allí, la Municipalidad construyó un terraplén para frenar los embates del barro y el agua que amenazaban a la escuelita ubicada en esa zona.
Falta de coordinación
El lunes la falta de coordinación entre Defensa Civil de la Provincia y las comisarías de la zona originó que varios conductores de vehículos imprudentemente se aventuraran a cruzar la fuerte correntada que inundaba la ruta nacional 68 a la altura de La Maroma. Cuatro bomberos intentaron frenar el tránsito en ese sector, mientras una veintena de llamados de pobladores al 911 pedía auxilio, porque no sabían por dónde salir cuando las aguas invadieron varios sectores de la 68.