El titular de Futbolistas Argentinos Agremiados, Sergio Marchi, se reunió ayer en el Ministerio de Trabajo con Carlos Tomada para intentar revertir el dictamen del Tribunal de Disciplina de la AFA en relación al encuentro postergado entre Colón y Atlético Rafaela, en el que el sabalero no se presentó a jugar en reclamo por deudas salariales. Junto a ellos estuvo el presidente de la AFA, Julio Grondona. En dicha reunión Marchi se puso en pie de guerra y fue rotundo ante la presencia del mandamás del máximo ente del fútbol argentino: amenazó que si sancionan a Colón con la quita de puntos llamará a una huelga. ¿Ahora? No. Aunque en un comienzo se dijo que dicha medida de fuerza se produciría durante las pretemporadas de los equipos, se dio a conocer que el paro general que está gestando el gremio de los futbolistas se llevaría a cabo en el próximo torneo y que para ejecutarlo se utilizaría como principal argumento las múltiples deudas que casi todos los clubes mantienen con sus planteles.

Por su parte, el ministro Tomada se corrió de la discusión al manifestar que éste es un conflicto interno entre Colón de Santa Fe y sus jugadores. Por su parte, Marchi no logró atenuar la sanción ni evitar que al sabalero se le dé por perdido el partido que debía disputar con la crema. Pero sí consiguió que la decisión por parte del Tribunal de Disciplina de la AFA sobre el fallo del partido suspendido, que debía darse a conocer hoy, se postergue por tiempo indeterminado y por ahora no tenga fecha.

En tanto, la grave situación institucional de Colón sumó otro capítulo más a su pesadilla: siete jugadores del club fueron desalojados de sus viviendas por falta de pago; los juveniles no cuentan con el almuerzo diario y el pedido de desafiliación del sabalero por las deudas es inminente.