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POR DANIEL STICCO, dsticco@infobae.com
10 DE Febrero 2013 - 22:20
Cristina Kirchner anticipó que la tasa de desempleo a fines del 2012 se mantuvo por debajo de 7%. Con una economía privada estancada, el mérito corresponde a la ampliación de la nómina estatal. Aseguran que esa política no es sustentable.
“La baja de la desocupación sorprende porque el nivel de actividad en el cuarto trimestre fue más débil que en el tercero y porque la desocupación había subido en la anterior medición. De hecho, en el tercer trimestre 2012 la tasa de desempleo ascendió a 7,6%”, observan los economistas de la consultora Economía & Regiones.
Más aún, porque “el sector privado ya no crea puestos, y por la aceleración inflacionaria que afecta negativamente al poder adquisitivo del asalariado, incrementando la oferta de trabajo”, destaca un último análisis de E&R.
De ahí que, a tono con las recomendaciones de “política keynesiana, el sector público fue adquiriendo un rol protagónico como demandante de empleo y la creación de puestos de trabajo fue la herramienta que permitió que el desempleo no subiera entre 2009 y 2012”.
“La planta ocupada del consolidado provincial se incrementó 38% entre 2003 y 2011; superando al crecimiento del empleo del promedio de la economía (24%).
Esto hizo que la cantidad de empleados públicos cada 1.000 habitantes ascienda de 36 (2003) a 47 (2011). En la esfera nacional, el avance del empleo fue aún más significativo, dado que de la mano de la nacionalización de empresas (Aerolíneas; AySA) se incrementó 41%”, muestra el análisis del equipo de trabajo encabezado por Alejandro Caldarelli.
“No obstante, el aumento del empleo público no es estructuralmente sostenible en el mediano plazo, porque tanto las restricciones fiscales como el impacto macroeconómico del empleo público nacional impiden que el Estado siga absorbiendo indefinidamente empleo”, y de ese modo comenzará a quedar al descubierto la tasa real de desempleo, excepto que se opte por un cambio de política que incentive la inversión y el empleo privados.
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