Dos mujeres desconocidas intentaron robarse, el domingo pasado, una beba recién nacida del hospital de General Mosconi, dada a luz 60 horas antes por una niña de 12 años, de la etnia wichí y residente de la comunidad Sopota, situada 90 kilómetros al sureste de la localidad.

Las extrañas no cumplieron su propósito en virtud de que una enfermera advirtió que algo raro estaba pasando y se interpuso entre ellas y la cuna donde dormía la recién nacida.

“Hacete a un lado que a esta nena nos la tenemos que llevar”, le dijeron con violencia pero la enfermera no solo no les cedió el paso, sino que sacó su celular y se comunicó de inmediato con el gerente del hospital, Enrique Urueña, quien llamó a la Policía inmediatamente, provocando la huida de las sospechosas.

Los acontecimientos ocurrieron el miércoles por la tarde.

La beba, al momento de los hechos, tenía cinco días de vida ya que nació el viernes de la semana pasada en su vivienda de la comunidad wichí Sopota, 90 kilómetros al sureste de General Mosconi, en la región chacosalteña pero fue traslada al hospital zonal al día siguiente.

Se calcula que la mamá de la bebé tiene alrededor de 12 años ya que, como es común en la región, carece de documentos.

El gerente del hospital de Mosconi, Enrique Urueña, relató a El Tribuno que la chica “dio a luz a una beba de 3,400 kilos y fue traída al establecimiento por sus familiares, quienes pensaron que no se hallaban en buen estado. Por ese motivo obreros de una empresa agrícola la trasladaron hasta acá, acompañada por el padre y el abuelo de la recién nacida. Ambas están en perfecto estado”, dijo el médico.

Urueña dijo que luego de conocido el intento de secuestro, la jueza de Familia, María Vargas, ordenó que se pusiera una consigna policial en el nosocomio hasta que se esclarezca el caso.

Salvada por la enfermera

El intento de sustracción de la beba se produjo el domingo anterior durante el horario de visitas.

“La enfermera de guardia sospechó y le extrañó que estuvieran visitando a una paciente aborigen proveniente de una comunidad tan alejada. Por ello, le hizo algunas preguntas y las mujeres, muy molestas, le dijeron "correte, que nos la vamos a llevar, no te metás', lo que no fue acatado por la profesional, quien de inmediato me informó telefónicamente de los hechos. Yo llamé a la Policía, ya que estaba en Ballivián. Regresé urgente y comprobé que gracias a la férrea actitud de la enfermera las mujeres se retiraron del hospital. Ella me informó que ambas habían estado conversando con el padre de la chica, pero que desconoce los términos de esa charla. Para nosotros, resultó muy extraño que las sospechosas hayan estado al tanto de que una chica aborigen y su beba recién nacida estuvieran hospitalizadas”, concluyó Urueña.