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Se erosiona 3,4% de los puestos de trabajo por baja de una industria que venía siendo reactivadora de otras.
9 DE Febrero 2013 - 22:30
“Habrá más obra pública, pero difícilmente mejore el sector inmobiliario”, se dice entre los consultores que examinan la relación de la caída de la construcción y la desaceleración en la compra-venta de propiedades. Un estudio reciente de la consultora Ecolatina indica que 2013 será “otro año complejo para la construcción”.
No es para menos, el sector mostró el año pasado la mayor contracción de su actividad en la última década. Para asombro de los inversores y las empresas constructores, el movimiento sectorial declinó 3,2% en 2012, la mayor caída desde 2002, y se contrajo 3,4% la cantidad de puestos de trabajo. Si bien el menor gasto de capital público y privado- explica parte del descenso de la construcción, el principal responsable fue el derrumbe de la compra-venta de inmuebles -producto de la pesificación de las operaciones- lo que generó un efecto dominó sobre la construcción. Los desarrolladores de proyectos edilicios enfrentan una elevada incertidumbre sobre el precio de venta: hay pocas operaciones de referencia y muchos acuerdos distintos a la hora de escriturar.
La consultora Ecolatina, examinó el problema y llega a la conclusión que “además, los desarrolladores sufren costos crecientes en pesos por lo que el riesgo de inversión es muy elevado”.
La falta de dólares
Después de estudiar algunas variables claves del sector, la consultora estima que “las expectativas para el sector no son muy optimistas: en el mejor de los casos el sector exhibiría un mínimo repunte. En tanto los controles sobre las operaciones en moneda extranjera no se flexibilicen, las ventas inmobiliarias seguirán contrayéndose, y habrá pocos incentivos para la construcción”.
La construcción tiene varias alternativas para reactivarse, una de ellas es la referida a las casas de familias. La mayoría de los desarrolladores estiman que “los propietarios de los inmuebles se encuentran muy reticentes a adaptarse a las nuevas condiciones del mercado” y les parece que hay una posibilidad estatal: sólo la obra pública puede evitar la caída de construcción.
La actividad enfrenta desde hace varios años una marcada erosión de los márgenes de rentabilidad. Se observa que el valor de los bienes inmuebles comienza a encontrar un techo.
La inversión en “ladrillos” fue un buen refugio contra la inflación pero dejó de ser rentable cuando se dispararon las tasa de interés, lo que hace que el largo plazo y la financiación necesaria para las operaciones se hagan sólo para clientes con alto poder adquisitivo.
Hay una crisis del poder adquisitivo salarial y, por lo tanto de ingresos reales de la gente.
Qué pasará si se cumplen las cifras negativas
El sector de la construcción en Argentina es uno de los que más se monitorea, tanto a nivel privado como público. Se siguen sus costos, su capacidad de generar empleo y cómo impacta en el mercado de capitales el dinero público y privado que moviliza el segmento. Esa movilidad llega a los bancos, a las cooperativas de construcción, a las fideicomisos, a las decisiones que tomen los desarrolladores de proyectos urbanísticos, etc. Toda una gama de intereses en juego que produce un industria necesaria para paliar el déficit habitacional, sobre todo. Entre las consultoras hay vaticinios negativos para el sector. Aseguran que tres de los cuatro bloques que conforman al sector presentarán una contracción durante 2013. La construcción de edificios para vivienda caerá 3%; las obras petroleras 4% y otras construcciones 4%. Es evidente que si se cumplen estos guarismos negativos será más patente la importante caída de los márgenes de rentabilidad junto a el fuerte salto en el costo del capital; todos condicionantes para se venda poco o se construya casi nada.
En el contexto financiero argentino, el costo de capital se disparó porque aumentaron las tasas de interés y los inversores ahora prefieren la liquidez a arriesgar capital en proyectos de al menos dos años de plazo.
Esto incide para que también la construcción industrial se resienta por la crisis de confianza interna y la restricción del crédito.
Las vueltas de caracol que son virtuosas
La construcción, una industria madre, fue llamada por los economistas la actividad que mayor efecto multiplicador produce. Acelera el aparato productivo en vueltas virtuosas de caracol. Reactivada así la edificación se mueven varias actividades comerciales conexas: el corralón, el sector profesional que construye, la mano de obra que puede ofrecerse intensivamente en cada obra y otros efectos positivos.
Hoy la fuere salida neta de capitales y la dolarización de las inversiones en dinero (portfolios) secaron las fuentes tradicionales de financiamiento de la construcción. Si bien la actividad comenzó creciendo casi al 10% en el primer trimestre de 2008, cierra el año con caídas en los últimos meses. En el tercer trimestre el empleo cayó casi 5% y acumula en los primeros nueve meses una destrucción neta de 0,4%.
La fabricación de cemento
La producción de cemento portland cayó en noviembre 13,8% y su consumo 15,8%. Las perspectivas para 2009 no lucen alentadoras. Si bien la repatriación de capitales beneficia a la construcción no revierten las expectativas negativas del sector privado por lo que las esperanzas están puestas en los importantes recursos y liquidez del gobierno. Se espera un plan de obra pública y facilidades para el crédito hipotecario.