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Marcela Mamaní, María Cash, María Ester Maidana y Cintia Jurado son algunas de las que desaparecieron en los últimos años. Aunque hallaron a la mayoría, denunciaron que todavía faltaban 160 mujeres salteñas desde octubre pasado.
13 DE Mayo 2013 - 23:28
Marcela Mamaní, María Ester Maidana y Cintia Jurado son algunas de las mujeres que desaparecieron sin dejar rastros y conforman una lista que llega a un número incierto en Salta.
Se puede sumar el caso de María Cash, vista por última vez la provincia según su familia. Pese al riesgo que implica la trata de personas en una región fronteriza, no se encuentra una información unificada sobre todos los casos.
Un total de 160 denuncias sobre mujeres desaparecidas se registraron entre octubre de 2012 y fines de abril de acuerdo a un relevamiento de la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia.
Sobre este total, casi todas habían sido halladas, pero la Policía aún seguía buscando a tres salteñas cuyas identidades no se difunden por cuestiones judiciales pero que deben sumarse a las historias de Mamaní, Maidana, Jurado y Cash.
Números dudosos
El número exacto de las mujeres sobre las que nunca volvió a saberse es tan dudoso como lo que les pasó. Ningún organismo pudo dar a El Tribuno una nómina completa de las que permanecen desaparecidas.
La falta de información unificada plantea dudas sobre cómo se investiga la conexión de las causas o qué seguimiento se hace.
Mientras algunas denuncias pasan a la Justicia Federal, otras quedan en la Justicia Provincial.
La División Trata de Personas de la Policía interviene cuando se presume que una mujer pudo haber sido secuestrada para la explotación sexual o laboral. Sin embargo se deja afuera de esta protección a muchas cuando se supone, por ejemplo, que podrían haberse ido por su propia decisión.
Si bien la Secretaría de Derechos Humanos ahora comenzó a llevar un registro detallado de denuncias que se actualiza permanentemente, no hay datos unificados sobre los casos que ya llevan varios años abiertos.
La búsqueda
De acuerdo a lo que se informó hace días desde la Policía, a María Ester Maidana la busca el área de Trata de Personas, pero a Cintia Jurado la rastrea la Brigada de Investigaciones porque dejó una constancia de que, supuestamente, se fue por su propia voluntad.
Maidana desapareció en diciembre de 2008 en el humilde barrio San Francisco Solano. Nunca llegó a la confitería donde trabajaba una noche de diciembre.
La familia apuntó sus sospechas a Héctor Maizares, un hombre que había sido su pareja, pero hasta ahora no se pudo confirmar que estuviera implicado.
Cintia Jurado vivía en el barrio Limache y su familia no sabe de ella desde el 3 de marzo de 2009. Antes de que la vieran por última vez, aseguró en una comisaría que le dejaba a su hija a su expareja y que quería irse. Pero sus conocidos no descartan que pueda haber entrado en contacto con una red de trata de personas y su padre presentó una denuncia.
Aparentemente, se fue sin llevar ropa.
Para los familiares, uno de los principales temores es que se cierren los casos. “A mi hija la tiene alguien, quizás para hacerla trabajar. No quiero que dejen de buscarla”, dijo a El Tribuno Carmen Fernández, mamá de Marcela Mamaní. La mujer, de 25 años, fue vista por última vez en febrero de 2012. La madre pide investigar a Javier Aramayo, que tuvo una relación sentimental con ella.
El caso maría Cash
Pese a la difusión que tuvo a nivel nacional su búsqueda, tampoco se conoce lo que pasó con María Cash, una diseñadora de Buenos Aires que perdió contacto con sus seres queridos en julio de 2011, tras viajar hacia el norte del país. El padre de la joven, Federico Cash, cree que la última vez que la vieron fue en Metán y duda del relato de alguien que dijo haber estado con ella después en Jujuy. En su entorno cercano no dejan de pensar en la posibilidad de que María haya sido captada por organizaciones dedicadas al tráfico humano.
Cintia Jurado Tenía 29 años cuando desapareció, el 3 de marzo de 2009. Antes de que le perdieran el rastro, hizo en una comisaría una declaración en la que aseguraba que dejaba a su hija a su expareja por su propia voluntad. Sospechan que podría haber entrado en contacto con una red de trata. Sus familiares habían notado un cambio de actitud.
María Cash Perdió contacto con su familia el 8 de julio de 2011, a los 29 años. Es una diseñadora de ropa de Buenos Aires y había viajado al norte del país antes de desaparecer. La vieron en Metán. El Gobierno Nacional ofrece una recompensa para los que aporten datos sobre su paradero. La causa está en la Justicia Federal.
María Ester Maidana Desapareció el 13 de diciembre de 2008. Esa noche salió de su casa para ir a la confitería donde trabajaba pero nunca llegó. Tenía 27 años y era del barrio San Francisco Solano, en la zona sudeste de la ciudad de Salta. Familiares apuntaron sus sospechas contra Héctor Maizares, una expareja. Tenía dos hijos, de seis y siete años.
Marcela Mamaní La vieron por última vez el 16 de febrero de 2012. Tiene 25 años. Su familia sospecha que su expareja, Javier Aramayo, tiene que ver con la desaparición. La buscaron en diques y en cementerios de la provincia. Se hicieron numerosas marchas para pedir que aparezca. La causa está en la Justicia provincial.
“Supe que a mi hija la obligaban a prostituirse”
Marisa Celeste Pereyra tiene 25 años y Sonia Cachagua, su madre, no sabe dónde está. La mujer asegura que su hija sufre adicción y cree que alguien se está aprovechando de su vulnerabilidad para explotarla sexualmente.
La joven no volvió a su casa del barrio Juan Calchaqui, de la ciudad de Salta, un día de fines de agosto de 2011. Sin embargo, no la consideran perdida porque retomó el contacto con sus familiares durante un breve período en 2012.
“Estuve buscándola en la zona del Bajo y en cabarets. Pude saber que en un momento estaba en una casa donde debía ejercer la prostitución y lograr una determinada recaudación por día para no dormir en la calle”, relató Sonia Cachagua.
La historia de adicciones de la joven había empezado bastante antes de que se perdiera y cada vez fue más difícil ayudarla.
A principios de 2012, Marisa tuvo un bebé en el Hospital Público Materno Infantil y luego mantuvo un breve contacto con sus familiares. Sin embargo, a los pocos días volvieron a perderle el rastro.
Dos hijos y un pedido
Cuando encontraron restos de una mujer al costado de la ruta 68 el año pasado, Sonia Cachagua pidió que analizaran si eran de su hija. Pero los resultados fueron negativos.
Tanto el bebé que tuvo en 2012 como una hija de 10 años de Marisa hoy viven con Cachagua en Tucumán.
“Debería existir un organismo que busque a todas estas chicas. Sé que hay muchos casos. Yo no tengo a quién pedir ayuda y parece que a nadie le importara lo que le pasó a mi hija porque sufre adicción”, dijo la madre.
Sonia Cachagua, una madre que busca a su hija.