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El exdictador fue hallado ayer sin vida en el penal de Marcos Paz, en donde purgaba tres cadenas perpetuas.
18 DE Mayo 2013 - 12:59
No está muerto ni vivo... está desaparecido”. Esta frase fue la síntesis del gobierno genocida del exdictador Jorge Rafael Videla, el máximo referente del último golpe militar en la Argentina. Ayer fue su último día en la tierra y su próxima morada es incierta para unos. Para otros no.
Videla, quien marcó para siempre la historia contemporánea argentina, murió ayer a los 87 años en su celda de la cárcel federal de la localidad bonaerense de Marcos Paz purgando tres condenas a cadena perpetua, mientras que, además, continuaba enfrentando un juicio por los crímenes del denominado “Plan Cóndor”.
A las 8.25 de ayer fue hallado sin vida y será enterrado sin honores.
El dictador llegó a la presidencia de la Nación el 26 de marzo de 1976, luego de otro violento golpe de Estado, el último que tuvo el país, y se fue en 1981. Reynaldo Bignone, otro dictador condenado, lo reemplazo.
Durante ese tiempo se organizó el campeonato más importante del mundo para nuestro país, el Mundial de Fútbol 1978, en donde la Argentina salió campeón, en una marea de suspicacias, y que fue utilizado como elemento de distracción para esconder las atrocidades de la dictadura militar.
La muerte del exdictador tuvo inmediata repercusión en las redes sociales y distintos dirigentes de ámbitos políticos y sociales destacaron que haya fallecido mientras cumplía condenas en prisión, aunque lamentaron que no se haya arrepentido de sus actos criminales.
En total, el expresidente de facto y jefe máximo de la represión ilegal cumplió 21 años de sus tres condenas, una a 50 años y dos a reclusión perpetua, de 1985 a 1990, cuando fue indultado por el entonces presidente peronista Carlos Menem, y de 1998, con arresto domiciliario y prisión efectiva, hasta ayer.
El lunes pasado, en el juicio por la operación Cóndor, de coordinación represiva entre las dictaduras del Cono Sur, fue su última aparición pública. Allí fue llamado a declaración indagatoria pero se negó alegando que “no tiene sentido hacer una defensa en una justicia vacía de derecho” y dijo ser un “preso político”.
Pero siempre se responsabilizó de lo que denominó “la guerra antisubversiva”, que dejó de 10 mil a 30 mil desaparecidos, según registros oficiales y de organismos de derechos humanos, respectivamente, y reiteró que desligaba a sus subordinados en un intento de recrear el principio castrense de “obediencia debida”.
Cara visible del golpe de Estado que derrocó a María Estela Martínez de Perón, el 24 de marzo de 1976, y luego presidente de facto, Videla gobernó desde aquel año hasta 1981.
No recibirá ninguno de los honores
El excomandante en jefe del Ejército, Jorge Rafael Videla, no recibirá ningún honor militar cuando sea sepultado, ya que fue destituido del Ejército y, además, hay una resolución que prohíbe honras en los funerales de integrantes de las Fuerzas Armadas que hayan estado involucrados en causas de violaciones a los derechos humanos.
Las fuentes castrenses confirmaron ayer a la prensa que al principal responsable de la sangrienta y última dictadura militar en nuestro país no se le brindarán honores, como establecen los reglamentos cuando muere un militar en actividad o en situación de retiro. En 2009, la entonces y actual ministra de Defensa de la Nación, Nilda Garré, firmó una resolución en la que se prohíbe terminantemente rendir honores durante su funeral a represores fallecidos, decisión administrativa que sigue vigente. La decisión es implacable.
La caída y el retroceso
El dictador Jorge Rafael Videla le decía desde hace semanas a su defensora oficial Pamela Biserier, quien lo asistía en pleno juicio que se le seguía en la actualidad por el Plan Cóndor, que se sentía mal y que una semana atrás sufrió una fuerte caída en el penal que desmejoró su estado de salud.
Así lo confirmó la defensora Biserier al detallar que en la audiencia del martes último, y en la que Videla prestó indagatoria, “ese fue su último acto procesal” y que el exdictador “tenía la voluntad de cumplirlo”.
Según le confió a su defensora Videla, él se venía sintiendo mal de salud y tenía un problema neurológico, incluso en la última audiencia luego de concluir su interrogatorio caminó con cierta dificultad al volver a su asiento.
“Hace una semana se cayó en el baño de Marcos Paz”, contó Biserier que le confió Videla, momentos antes de comenzar la ultima jornada del juicio, el pasado lunes.
No obstante, la defensora aseguró que no hubo planteo alguno ante el Tribunal sobre el estado de salud de Videla.