Juan Martín del Potro es de esos jugadores cuyo talento superan el contexto que atraviesan y, por lo tanto, siempre son de temer, empiezan los torneos con el cartel de candidato, más allá de las vicisitudes.

El tandilense tuvo una primera parte del año que no colmó las expectativas de propios y extraños, pero principalmente las suyas. Comenzó con el pie derecho con el título de Rotterdam y con victorias ante Nadal y Djokovic, pero luego diferentes problemas físicos le impidieron defender puntos importantes y hasta debió bajarse de Roland Garros.

El martes debutará en Wimbledon, el punto de partida de lo que espera sea un segundo semestre diametralmente opuesto al primero.

"No sé si voy a llegar al ciento por ciento al debut del martes, pero el cuerpo está otra vez en marcha y quiero enfocarme de acá hacia adelante, olvidarme de todo lo que me sucedió en el último tiempo", dijo el tandilense en declaraciones a la prensa argentina presente en el All England.

"No quiero mentirme sobre cuál es mi presente. Soy el ocho del mundo, es cierto, pero los que me rodean en el ránking establecieron más distancias. Sacando los cuatro o cinco primeros, Tsonga, Berdych y Gasquet, por ejemplo, tuvieron grandes resultados y aprovecharon mi ausencia para sacarme diferencias. Estando bien yo, entrenándome cada día con mayor intensidad, sé que los resultados van a volver a venir", confió.

"Olvidarme de todo lo que me sucedió", subrayó Del Potro quien, sin embargo, sabe que dejó atrás un primer semestre que lo relegó en la lucha por el N°1 del mundo, el gran objetivo de su carrera: "Ahora estoy mejor, pero ver Roland Garros desde un sillón, perderme Madrid, no poder defender el título en Estoril, salir rápido de Roma, fueron golpes duros. No lo puedo negar. Pero estaba en juego la salud y, ante eso, no se puede hacer nada salvo lo que digan los médicos. Por suerte eso ya pasó, y la adrenalina está de nuevo en plenitud", aseguró.

Pese a todo, el número ocho del mundo mira hacia adelante: "Este año conseguí el título en Rotterdam, les gané a Murray y a Djokovic en Indian Wells, fui semifinalista en Dubai. Después me tocó lo que me tocó: algo duro y que no esperaba. Me queda la segunda parte del año; voy a jugar en Asia, se viene torneos importantes. Con buenas actuaciones en esas competencias, me volveré a meter en la lucha de más arriba".

Del Potro sabe que su nombre es un imán a la hora de hablar de candidatos. Él, sin embargo, prefiere el paso a paso: "Para mí es bueno poder pelear este torneo porque tres semanas antes estaba sentado en un sillón viendo Roland Garros. Voy a ir partido a partido, como siempre me gustó. No sé cómo me voy a encontrar como para decir apuesta a esta ronda o a la de más allá. No puedo proponerme algo así".

Por último, el de Tandil dejó en claro que, si bien pelea con hombres que escriben la historia grande del tenis mundial, la confianza es lo último que se pierde: "Es difícil sacarle un Gran Slam a ellos, ya no sé cuántos años llevan de dominio Federer, Nadal y Djokovic. Ahora también está en ese lote Murray. Pero adentro mío tengo la ilusión muy despierta, permanentemente mantengo la motivación. Sé que si estoy bien, si estoy preparado a pleno, puedo vencer a cualquiera. Nunca pierdo la fe en mis condiciones".