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La biodiversidad de las ecoregiones salteñas es destacada en todo el mundo. Sin embargo, se encuentra amenazada.Lenta e inexorable la desaparición avanza y las nuevas generaciones sólo conocerán la fauna salteña en los museos.
1 DE Septiembre 2013 - 02:25
Para sorpresa de los vecinos del sur de la ciudad, una bandada de tucanes extraviados llora en los árboles de barrio El Tribuno. Por Rosario de Lerma deambula un oso melero, al que suponen el mítico Ucumar. El mismo al que creyeron dar caza en Metán; aunque luego se supiera se trató de un mono caí. En Tartagal, los vecinos ven una piara de chanchos del monte caminando. Cerca de Santa Victoria, en una banda del Pilcomayo, un yacaré se ha quedado aletargado desde la crecida. Por no hablar de los ataques de grandes felinos a las familias rurales.
En estos últimos años las áreas urbanas reciben la visita de animales que hasta hace muy poco se encontraban alejados. La polución y la persecución habían llevado a estos grandes protagonistas de nuestra fauna a adentrarse en la espesura. Lo que sucede, según coincide información de organismos oficiales, fundaciones y asociaciones medioambientalistas, es que en pocos años esos refugios fueron rápidamente desforestados. Hoy, a seis años de la sanción de la ley de bosques, las regulaciones que plantea la norma se aplicaron a discreción en Salta. Y miles de hectáreas de monte que debían preservarse según esa misma ley, como sostén de esta fauna que representa al 60% de la biodiversidad del país, terminaron siendo arrasadas sin un plan racional. Mientras, los animales autóctonos de Salta pueden estar escribiendo los últimos capítulos de su existencia y no existe un plan oficial de salvataje. Perdidos en las grandes ciudades, esas poblaciones autóctonas se parecen cada vez más a pueblos desplazados por un gran desastre humanitario.
¿Población vs. Animales?
¿Cuál es la situación de la fauna salteña? Según el jefe del Programa de Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente, Gustavo Dada, relató a El Tribuno “la ciudad y los animales se están superponiendo. En las márgenes del río Arias, por ejemplo, donde se veían coatís y osos meleros, hoy hay barrios. Las poblaciones crecen invadiendo espacios naturales. Santa Cecilia, Solidaridad, San Ignacio, son barrios asentados en lugares donde vivía una fauna importante. El crecimiento poblacional y la producción, hacen base donde antes estaba el monte. Y los animales se van moviendo, buscando lugares donde vivir. Así, se tienen que meter cada vez más lejos. La yarará, por ejemplo, andaba por donde hoy casas y hasta el mismo ruido la ahuyenta. No es de extrañar entonces que se vea animales en medio de los barrios o las poblaciones”, señala Dada.
El pasado 6 de este mes, la Justicia salteña solicitó al Gobierno provincial aclarar la situación de 27 mil hectáreas del norte provincial; ya que una medida había dispuesto, en marzo último, el cese provisorio del desmonte, la tala indiscriminada de los bosques y los deslindes de catastros de esas hectáreas de bosque nativo del paraje Fortín Dragones, en el municipio de Embarcación. La medida inhibitoria había sido solicitada por varias comunidades aborígenes y criollas que viven en la zona y que denunciaron -incluso en las sedes policiales locales- ser “apretados” por empresarios ligados al poder provincial. En este marco la organización ambientalista Greenpace denunció que a pesar de las promesas electorales la deforestación triplicó a gestiones anteriores: “Desde la sanción de la ley de bosques (28 de noviembre de 2007) en Salta se perdieron 350 mil hectáreas” de selva que por la vigencia de la norma debían ser protegidas, aseguran desde la organización basándose en diferentes informes oficiales. Pero Salta es un ejemplo de la deforestación irracional que se lleva a cabo en toda el área, siendo mayor en Paraguay donde las leyes son aun menos restrictivas. La situación general de la macro región, entonces reduce aun más las posibilidades de los grandes animales cuyo futuro parece caminar sin demoras a la desaparición.
Algunos ejemplares solo pueden verse en el Museo
El sentimiento de pérdida acompaña al paseo por las vitrinas del Museo de Ciencias Naturales en el parque San Martín. Dependiente de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Salta, es el único espacio donde se encuentra la memoria natural de Salta. Muchos de los animales expuestos disecados, explicó el guía, Silvio Salcedo, estudiante de los últimos años y especializado en una rama de los reptiles, han reducido tan estrepitosamente su población que las referencias actuales sobre su sobrevivencia se basan apenas en avistajes casuales de sus huellas. Esto pasa con el ciervo taruca, el tatu carreta, el armadillo, el jaguar; mientras otra cantidad de especies como el tapir, el oso hormiguero, se encuentran en situación extrema y ni siquiera fueron estudiadas en profundidad. “Amenazados”, aclaró Salcedo. Otras como el yacaré y el suri o la iguana, son llevadas a criaderos y por su importancia económica avizoran la posibilidad de sobrevivir.
En el Museo trabaja en forma estable personal administrativo, encargado de la muestra y ordenanza, siendo los biólogos investigadores que van y vienen. El edificio formó parte del Zoológico que funcionaba en el Parque a principios del siglo XX y desde 1957 Museo de Ciencias Naturales pero dependiente de la Universidad de Tucumán. Con la creación de la UNSa, pasó a depender de ella. Actualmente es uno de los Museos más visitados de la ciudad y su tesoro es fundamental para la sobrevivencia de los grandes animales: solo a partir de ellos pueden enterarse el salteño de la riqueza biológica de la que es dueño. “No se puede querer ni cuidar lo que no se conoce”, sentenció Silvio Salcedo.
En su gran extensión, Salta contiene ambientes biológicos muy diversos: el altoandino, la Puna, las Yungas, el monte, el Chaco semi árido y el Chaco húmedo. Cada uno de estos ambientes está representado en el Museo, con su flora y su fauna. Por dar un ejemplo, solo en las Yungas, una región amenazada por el desmonte irracional, las selvas se extienden a lo largo de cordones montañosos del trópico entre los 500 y los 3.000 metros de altitud. Contienen una vida arbórea completa, con arrayanes, yuchán, cedros, cebiles, tipas, urundeles, laureles y pinos del cerro.
Parques nacionales, ¿protegidos?
Los Parques Nacionales y Provinciales, además de las Áreas Protegidas que se encuentran en la región han ido quedando reducidos a “islas” en medio de grandes extensiones desforestadas.
Previendo la actual situación, se había proyectado la creación de “corredores ecológicos” por donde la fauna transite, pero el proyecto hasta el momento quedó en eso.
“Por el desmonte hay falta de conectividad entre las zonas núcleo, dificultándose el movimiento de fauna de un lugar a otro. Por ejemplo las Yungas no tienen conectividad con el Chaco, lo que dificulta la trashumancia de especies y por lo tanto el flujo genético que debería ponerse de manifiesto”, explicó el jefe del Programa de Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente de la Provincia, Gustavo Dada.
“Tenemos que ver cómo se constituyen los corredores, cordones de bosques que exige la Ley para que pueda haber flujo de fauna. A veces no es lo ideal para que sirva realmente, no tiene las dimensiones necesarias, pero peor sería una zona sin refugio para ninguna especie. Debemos hacer que se cumplan las normativas de la Ley en lo que dice sobre estos puntos. Actualmente no contamos con un relevamiento oficial de la fauna de Salta. Las salidas son costosas, pero este año está ingresando a la Provincia un crédito del BID para turismo sustentable y se está pensando en dirigirlo a los Valles Calchaquíes, zona del Valle de Lerma, de Siancas y los departamentos de los Andes y Oran, van a recibir una atención especial para que con esos fondos podamos hacer el monitoreo de las distintas especies para avistajes de aves y todo lo que tenga que ver con la actividad turística. Además vamos trabajar con la fundación Azara para realizar el tipo de monitoreo que se necesita para conocer la situación real de las especies en la provincia”, agregó Dada.
Por el momento estos son los proyectos que apuntan a trabajar en forma directa con la protección de las especies todavía hoy en peligro en Salta.
Las reservas salteñas
Reserva Privada Campo Alegre
Se crea en el año 1994 con una superficie que abarca las 100 hectáreas.
Reserva Natural Municipal de la Ciudad de Salta
Se crea en el año 1999, para regular el manejo del área natural cercana a la ciudad capital de Salta.
Reserva Natural Municipal Los Lapachos
Se crea en el año 1991, con el fin de preservar una zona periurbana que conjuga una ecorregión de Chaco seco con algunos elementos yungueños.
Reserva Municipal Cerros San Bernardo y 20 de Febrero
Se creó en 1991 para preservar y recuperar un área natural suburbana con fines de conservación de suelos y educativos.
Reserva Natural Municipal Polígono A
Se crea en el año 1995, por medio de la ordenanza municipal 412. Esta reserva se crea con la finalidad de proteger un área con abundante avifauna y con un ambiente representativo de las Yungas.
Reserva Natural Municipal Quebrada de San Lorenzo
Tiene como finalidad proteger el entorno selvático de la quebrada cercana a la ciudad de Salta y su ecorregión de Yungas.
Monumento Natural Provincial Angastaco
Se creó en 1995 para proteger las extrañas geoformas del tramo vecino a la ruta nacional 40 en pleno Valles Calchaquíes.
Reserva Provincial Finca Las Costas
Se creó en 1995 con la finalidad de conservar la cuenca productora de agua más importante de la ciudad de Salta y un sector de bosques montanos.
Reserva Provincial General Pizarro
Se crea en 1995 con una superficie de 25.536 hectáreas, para conservar una diversidad de ambientes fisiográficos y fitogeográficos únicos.
Reserva Provincial Los Palmares
Se creó en 1979 con la finalidad de conservar una población forestal constituida por quebrachos y palmares e investigar y experimentar en técnicas de recuperación de dichas especies nativas.
Reserva Provincial Los Andes
Su finalidad es conservar la fauna puneña, en especial los camélidos, la flora y el suelo del área.
Reserva Provincial Acambuco
Se creó en 1979 y apunta a resguardar a una zona silvestre representativa de la ecorregión de las Yungas.
Reserva Provincial Laguna Pintascayo
Su finalidad es proteger una porción de la selva basal y montaña de las Yungas y, especialmente, un tramo del río Pescado y de la laguna Pintascayo. La reserva es de gran importancia por ser parte del corredor de las Yungas.
Área de Conservación Campo General Belgrano
Se crea en 1996 y abarca un área de 3.191 hectáreas.
Reserva Privada Del Huaico
Se crea por la donación de los propietarios a la Fundación Yuchán, ONG que es responsable del manejo e implementación de la reserva.
Reserva Natural El Nogalar
La superficies de esta reserva es de 3.240 hectáreas destinadas a proteger porciones representativas de bosques montanos de pinos y alisos, así como de pastizales de altura.
Parque Nacional Los Cardones
Este parque nacional, ubicado al sur de la provincia, fue creado en 1996 con el objeto de proteger la abundante especie autóctona conocida como cardón. Su fruto, la pascana, es comestible, y su madera, muy resistente, era utilizable.
Parque Nacional El Rey
En 44.162 hectáreas, esta área cumple un rol fundamental en la regulación hídrica. Fue creado en 1948 y que se ubica en el centro norte de la provincia.