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Una de las obras maestras del compositor austríaco del periodo clásico, Joseph Haydn, conocido como el padre de la sinfonía y del cuarteto de cuerdas, será interpretada en versión completa en la Catedral Basílical, este viernes, con entrada gratuita.
17 DE Noviembre 2014 - 08:07
Para celebrar el Día de la Música, la Orquesta Sinfónica de Salta, el Estudio Coral del Instituto de Música y Danza y el Coro de Cámara de la Universidad Católica de Salta, interpretarán el oratorio "La Creación" de Joseph Haydn, bajo la dirección general de Jorge Lhez.
La cita será el póximo sábado 22, en la Catedral Basílica, a las 21 , con entrada libre y gratuita.
Será la primera vez que se escuchará esta obra en su versión completa en la provincia, con los roles solistas de tres destacados cantantes: la soprano Laura Rizzo, el tenor Carlos Ullán y el bajo Arturo Jiménez.
Sobre "La Creación" de Haydn
Durante sus dos estancias en Londres, Haydn estudió y escuchó las grandes obras de Händel, entre ellas su famoso Mesías.Fue tanta la impresión que tan solemnes obras le produjeron, que, ya en Viena y contando sesenta y cinco años, comenzó la composición del oratorio La Creación del Mundo. Dos años trabajó en ella (1797-98). Un libreto de Händel y versificado por el poeta Lindley, con base en el Genesis y en El Paraíso Perdido de Milton sirvieron de texto sobre el que compuso su magna obra. La versión alemana había sido realizada por su amigo el barón Van Swieten, que añadió, dos salmos, como final de la primera y segunda parte.
Haydn, con "Las Estaciones" y sobre todo con "La Creación", imprimió al oratorio una dirección nueva, tal vez menos religiosa, pero más descriptiva. No obstante, creyó de buena fe que había escrito unas páginas tan espirituales como las demás: "Mi música honra más al Creador que muchas predicaciones que suelen hacerse en el templo de Dios", decía.
Uno de sus biógrafos, Georg Griesinger, le atribuye unas manifestaciones que nos dan idea del estado de ánimo en que se encontraba el compositor, mientras desarrollaba su obra maestra: «Nunca me había sentido tan devoto. Todos los días hacía mis oraciones de rodillas y pedía a Dios que me concediese fuerzas suficientes para terminar mi obra».
Según la forma clásica del oratorio, la obra está dividida en tres partes, y se compone de coros, recitativos, dúos, tríos y arias. En la primera y segunda parte los solistas son Gabriel, Uriel y Rafael (respectivamente soprano, tenor y bajo); en la tercera parte, son Uriel, Adán y Eva (tenor, bajo o barítono, y soprano).Los coros están claramente inspirados en los de Händel y sus amplias formas polifónicas combinan extraordinariamente con las voces solistas.
La bellísima introducción orquestal de la obra, está escrita de manera sorprendente y moderna para su época. Haydn explicaba que musicalmente había evitado las resoluciones armónicas esperadas porque deseaba transmitir esa sensación de caos con la que comienza, y que se quiebra con el fortissimo en Do Mayor del Coro y de la Orquesta, que deviene principio rector y que coincide con la aparición de la luz: "Und es ward Licht" ("Y se hizo la luz").
Del preludio de La Creación ha escrito el musicólogo W.R. Spalding: "Los que injustamente creen que el elemento disonante no existe en Haydn deberían examinar el preludio, verdadera anticipación de Tristán e Isolda de Wagner, por su empleo del cromatismo».
Esta fue la anteúltima obra que compuso Haydn, en 1798, y su preferida; a tal punto que, ya retirado de la vida pública, no dudó en aceptar presenciar, aún muy enfermo, una audición de La Creación dirigida por Salieri. Cuentan que estaba particularmente emocionado, conmovido y agradecido y que fue objeto de la interminable muestra de cariño de una sala en pleno, del director y de los músicos.