La familia Cash, en los últimos tres años, quedó marcada para siempre por la tragedia. Tras la desaparición de María, hace casi tres años, ahora tuvo que soportar la muerte de Federico, padre de la joven, quien en la desesperada búsqueda de su hija perdió la vida en un accidente de tránsito.
Lamentablemente, una de las que quedó marcada para siempre por estas dos tragedias es María del Carmen Gallegos, mujer de Federico y madre de María, quien contó cómo sigue su vida: “Estoy bien, con fuerzas para seguir adelante, con todo lo que ha pasado mi físico todavía aguanta. El llamado del Papa (Francisco) fue algo extraordinario, me reconfortó, me dio ánimos y muchas fuerzas para seguir adelante, para seguir luchando”.
 
En ese sentido, Gallegos se refirió a la comunicación que tuvo con Francisco. “Me dijo que recibió una carta y luego se enteró de la muerte de mi marido, y me llamó por eso, porque yo le pedía que me ayudara, porque en junio se cumplen tres años de la desaparición de María. Cuando me dijo: Habla Bergoglio, me puse a llorar y no podía parar. Cuando me tranquilicé pude hablar con él. Me comentó que estaba rezando por nosotros y me pidió que rezáramos por él. Me dejó mucha paz, fue algo sensacional”, contó la madre de María Cash.

A su vez, Gallegos se refirió a la búsqueda de su hija: “Espero encontrarla, seguir luchando por ella. No me llamó nadie del poder político. La única que me ayudó fue la señora de (Gabriel) Mariotto (vicegobernador de Buenos Aires), en el momento en el que nosotros nos enteramos que Federico había tenido un accidentado. No sabíamos que hacer, porque yo desde las 5 de la tarde no me podía comunicar con él, y a las 11 de la noche me atendió el teléfono otra persona y me dijo que el dueño del teléfono había tenido un accidente. Ahí me agarró un ataque de nervios”, explicó la mujer.
 
Por último, Gallegos describió el momento en el que se enteró que su marido había perdido la vida: “Después llamamos al hospital y no nos atendían. Tampoco en la policía, hasta que una persona atendió y me dijo que había muerto, para nosotros fue otro duro golpe”.