La oposición siria aseguró que la guerra contra el régimen continuará pese a la amplia victoria en la elección presidencial del presidente Bashar al Asad, quien según la prensa gubernamental se centrará ahora en la reconstrucción de un país en ruinas. “El pueblo quiere el final del régimen”, repiten en las redes sociales la oposición siria en el exilio y los militantes anti Asad, después de su reelección en el cargo para otros siete años con un 88,7% de los sufragios de unos comicios denunciados por los occidentales.

El opositor Ejército Libre Sirio (ELS) anunció ayer que aumentará los ataques contra las fuerzas del régimen tras la reelección de Al Asad en los comicios del martes.

“En las próximas semanas, veremos una evolución en la situación sobre el terreno con un aumento de los ataques de la oposición armada contra las fuerzas de Al Asad en todas las partes de Siria”, dijo a través de internet el portavoz del ELS, coronel Qasem Saadedin.

La fuente rebelde señaló que la situación en el campo de batalla continuará “hasta la caída de Al Asad y de sus bandas criminales”.

Al Asad se proclamó vencedor de las elecciones, celebradas únicamente en zonas bajo control del Gobierno, con el 88,7 % de los sufragios.

Saadedin calificó los comicios de “ilegales” e “inválidos”.

La Coalición Nacional Siria, principal alianza política opositora, consideró ayer que las elecciones “no representan al pueblo”.

En un comunicado, la Coalición destacó que “el régimen terminó los últimos capítulos de la farsa teatral con el anuncio de la victoria del criminal Al Asad en unas elecciones boicoteadas por la mayoría de los sirios en el interior”.

Al Asad logró 10.319.723 sufragios, muy por delante de sus dos adversarios, el diputado de la oposición tolerada Maher Abdel Hafez Hayar y el exministro Hasan Abdalá al Nuri.