El Tribunal Electoral admitió que la única faz electrónica del proceso electoral debe ser la impresión de la boleta y, a pesar de su negativa de las últimas semanas, dispuso que el conteo final será manual.

Con esta medida, los fiscales partidarios deberán hacer valer sus derechos para evitar que se produzcan distorsiones que impidan a las personas sin suficiente conocimiento electrónico votar a quienes realmente quieren elegir. El Tribunal Electoral de la provincia informó el jueves cerca de la medianoche a los medios de Buenos Aires, no a los de Salta, que en el escrutinio definitivo de las elecciones del domingo 17 se abrirán todas las urnas y se contarán uno por uno todos los votos emitidos por la ciudadanía. Es decir, que la proclamación de los ganadores tendría lugar pasada una semana, por lo menos.

Hoy a mediodía, en un comunicado, la Corte informó que "el Tribunal Electoral de la Provincia dispuso que en las elecciones del próximo domingo, en el escrutinio definitivo, se proceda a la apertura de todas las urnas y se realice la lectura y conteo manual de todos los votos emitidos, uno por uno. La ley 7730 prevé en su artículo 19 que el primer trámite ineludible del escrutinio definitivo será la operación de revisión y confirmación, sorteando en audiencia ante los apoderados partidarios, el cinco por ciento de las mesas por municipio que se utilizarán como testigos para la validación del acto electoral. La medida de apertura de todas las urnas para la lectura y conteo manual de todos los votos emitidos, uno por uno al momento del recuento definitivo ordenada por el Tribunal Electoral fue adoptada para llevar al ciudadano la absoluta tranquilidad sobre el fiel respeto a la voluntad popular.

El escrutinio definitivo se realiza en el Tribunal Electoral de la Provincia a partir del martes posterior al comicio, desde las 18 horas". Con esta modificación, el Tribunal admite falencias y da lugar a una parte sustancial del planteo de inconstitucionalidad formulado por el Frente Romero Olmedo, a al tiempo que permite la disponibilidad del voto físico para controlar el verdadero resultado de la elección. De todos modos, no habilita el conteo manual tradicional para el escrutinio provisorio en las mesas. Esa modalidad, desechada por el voto electrónico, supone el labrado manual de actas donde se registra el voto físico y que se constituyen en documento en poder de cada uno de los partidos, con la firma del presidente de mesa y los fiscales.

En la solicitada, el Tribunal había consignado que "el escrutinio provisorio de los votos se realiza en las mesas, abriendo las urnas y exhibiendo las boletas impresas en presencia de los fiscales de las fuerzas políticas intervinientes y declamando el presidente de la mesa, para control de éstos, las listas contenidas en cada voto". En ningún punto figura el acta, por lo cual el voto se contabiliza con los códigos de barras que, al no existir auditoría, pueden haber sido adulterados y no reflejar el voto que muestra el impreso.