El virus, que transmite el mosquito Aedes aegypti —el mismo que el dengue y el chikungunya—, normalmente provoca una infección leve pero se ha asociado a casos de microcefalia en bebés de madres infectadas y a algunos casos de síndrome de Guillain-Barré. Esta conexión ha llevado a la OMS a considerar el Zika como una amenaza "de proporciones alarmantes", como la definió la directora general, Margaret Chan.

Este virus no es el primero que pone en jaque a la salud mundial en el nuevo siglo. En el 2002, la neumonía asiática fue la primera gran crisis sanitaria. La OMS fue acusada de minimizar el problema para mantener buenas relaciones con China.

En el 2005, la gripe aviar fue la enfermedad que mantuvo en vilo a diferentes puntos del planeta. Aún no ha sido controlada pero se determinó que no es tan peligrosa en los humanos como se temía.

En el 2009, otra gripe generó fuertes repercusiones, se trata de la gripe A. La OMS declaró la pandemia por seguir un protocolo que no evaluaba la gravedad de la infección, sino su extensión. Tuvo que rectificar.

La última enfermedad que generó crisis sanitaria fue el ébola. Se tardó cuatro meses en declarar el brote y otros cuatro en decretar la emergencia.

Fuente: El País