Sin sorpresa pero con preocupación, los salteños experimentaron un fin de semana con aumentos en la nafta y el gasoil. La concurrencia a las estaciones de servicio fue normal, pero el 6% de suba suscitó el temor a un rebote inflacionario sobre la canasta familiar y el precio del transporte.
"La inflación no bajará mientras siga subiendo la nafta", dijo a El Tribuno Carlos Boldrini, mientras aguardaba la fila para cargar combustible.
Con el incremento de enero pasado, que también fue en el mismo porcentaje, el litro de nafta súper sobrepasó por estas horas los 16 pesos ($16,23 en YPF y $16,78 en Shell), mientras que el gasoil oscila entre los $ 15,33 y los $14,49.
La implementación de los nuevos precios (desde la madrugada del sábado) no produjo bajas considerables en el consumo, por ahora. Las compras con tarjetas de crédito ganan poco a poco espacio, con casi el 30% de las transacciones.
Sin ser una decisión en la que los propietarios de estaciones de servicio hayan tenido incidencia (el acuerdo surgió entre el Gobierno nacional y las petroleras), los nuevos precios llegaron para quedarse. El anuncio fue en diciembre, cuando se adelantó que existirían dos aumentos en los primeros meses del 2016.
"No entiendo la suba, si los sueldos no subieron. No nos sorprende, pero nos preocupa porque esto afectará indudablemente en el resto de los precios", aseguró Normando Liendro, otro de los conductores que afrontó el nuevo precio durante el fin de semana.
Aún no hay certeza sobre la posibilidad de otros incrementos durante el año, pero desde el sector coinciden que es un tema que afecta a todos.
Por lo pronto, los salteños no están exentos de hacer frente a un incremento que sin dudas afectará sus bolsillos.