Muy bueno lo de Central Norte en Córdoba. Se trajo una victoria de esas que emocionan y que ilusionan aunque el ascenso aún está lejos. El cuervo derrotó a Argentino Peñarol en su propia casa, en Córdoba, por 3 a 1, con una tarea acorde al resultado, muy buena.

Apuntalado por la experiencia, la garra y el olfato goleador, el equipo de Rioja consiguió, en este primer partido de los cuartos de final, el mejor triunfo de visitante. Sergio Oga, Fabricio Reyes y Ezequiel Melillo marcaron los goles del conjunto salteño en tierras lejanas, mientras que Facundo Martínez había adelantado a los cordobeses en el marcador.

El trampero de Argüello, Argentino Peñarol, había comenzado un poco mejor y Martínez lo reflejó con el primer tanto. No obstante, Ezequiel Melillo también había tenido una buena chance en el amanecer del partido.

Central aguantó la presión alta que ejerció el equipo cordobés y fue en busca del empate cuando pudo; lo consiguió a través de Sergio Oga, el Mago, con un cabezazo.

Este empate -parcial- fue clave, en un momento fundamental para mantenerse de pie y seguir peleando palmo a palmo contra un rival que empujaba con el aliento de su gente.

En el complemento, Argentino Peñarol volvió a sentir la necesidad de inclinar la cancha para conseguir una ventaja óptima de cara a la revancha, pero el equipo de Rioja mostró firmeza y recuperación. A partir de ahí, se animó a más cada vez que pudo salir de su campo; Oga se quedó sin pilas y el DT de Central oxigenó al equipo con el ingreso de Ricardo Acosta.

Además, Fabricio Reyes comenzó a tener espacios y apareció más en escena, a tal punto que marcó un gol posteriormente anulado por un supuesto off side.

Pero el cuervo se dio cuenta que pese a la presión del rival podía llegar con claridad al arco de Silva. Y así fue, otra vez Reyes, para mandarla nuevamente adentro. Gol de Central, el 2 a 1 que le daba al equipo de Rioja una ventaja más que buena. Entonces el DT optó por cuidar el resultado. Sacó a Monje y metió al Boby Armella. Cinco defensores para intentar cerrar todos los caminos del rival. Central también pasó a jugar con la desesperación y la desconcentración de su oponente, por eso Ezequiel Melillo vio mal parado al arquero Silva y se la mandó de larga distancia: golazo, 3 a 1. Este tercer tanto asoma casi decisivo aunque todavía quedan 90 minutos que se jugarán en Salta.