No es que tengan superpoderes, pero sí tienen la habilidad de mantenerse siempre de pie y con la fortaleza más grande que cualquier jugador de fútbol puede tener: valentía, constancia, fortaleza y espíritu de lucha.

Alexander Flores (14 años), José Romero (14), Jesús Colque (13) y Samuel Llanos (15) son los auténticos “fantásticos” de la sexta división de San Francisco. Son los defensores de uno de los clubes más humildes y que más goles recibió en la zona 2 de un desigual torneo de divisiones inferiores que organiza la Liga Salteña de Fútbol. Y saben que, fecha a fecha, las probabilidades de ganar son casi nulas. Sin embargo, ellos se levantan temprano y no dejan de entrenar ni de presentarse en todas las canchas que les toque jugar.

“Venimos a defender la camiseta”, dice Alexander. “Aunque sea difícil, intentamos ganar todos los partidos, ponemos la cara siempre”, completa. “Se aprende todo el tiempo”, aporta José, mientras que Jesús agrega: “Salimos a ganar, a veces nos ponemos nerviosos, pero también nos divertimos”; y Samuel, en la misma línea, expresa: “A mí me importa jugar al fútbol, nada más”.

Ellos son conscientes de que no cuentan con las facilidades, comodidades, recursos y estructura que brindan otros clubes, donde los chicos tienen casi todo servido para hacer lo que más los hace felices. Acá hay mucho más sacrificio.

Los cuatro protagonistas de esta nota están, además, en un proceso de adaptación. Ellos se conocieron en la escuelita Los Toritos, que hoy puso a disposición parte de su cantera para el club San Francisco. Mejoran partido a partido, ya que cada vez presentan mayor resistencia a sus rivales de turno.

“Acá se pone más ganas, hay más toques, más precisos”, dice Jesús, el más bajito de la línea. Contó que utiliza sus brazos para poder competir con chicos más altos. “Meto lo mismo, trato de anticipar; una vez me metieron un manotazo, le saqué la mano y no me lo hicieron más”, recuerda. Lógicamente, su baja estatura no lo acobarda ni lo amedrenta.

José, el más alto de los cuatro, es el organizador del juego y el patrón. “Cuando digo salgamos, salimos todos hasta la mitad de la cancha”. Y a veces Alexander, el de mayor rebeldía, sube demasiado y lo retan entre todos. Por su parte, el lateral izquierdo, Samuel, confiesa: “Juego de 11 (volante), ahora me pusieron de 3 (defensor lateral). Me gusta, tengo que marcar más y proyectarme, tengo que seguir al que venga por mi banda, sí o sí”.

Estos cuatro fantásticos también se declaran buenos estudiantes. “Me va muy bien”, dice Alexander. “Esta semana falté unos días, pero me va bien”, repite José. Ambos concurren a la escuela Aviación y América Latina de villa Lavalle, respectivamente.

Jesús, por su lado, se queja, pero con risas: “Mis señoritas son malas”, dice con picardía, refiriéndose a la Escuela 4811 de barrio Solidaridad. Samuel, en cambio, se identifica como estudiante de la prestigiosa Escuela Técnica N° 2, Alberto Einstein. Más allá de sus “mentiritas y verdades”, los cuatro concuerdan en que se puede estudiar, entrenar y jugar simultáneamente a la pelota.

De repente, Saúl Tolaba, su técnico, formador, contenedor y a veces psicólogo, los convoca. Es hora de entrar en calor para enfrentar a Sanidad, uno de los equipos más goleadores de la zona. Era otro duro escollo para los pibes del sanfra. El partido comienza y, tal cual lo habían contado en la previa, los cuatro del fondo se organizan, aunque José, por una razón excepcional y táctica, se puso la “5” y se paró delante de los otros tres. No iba a haber victoria para ellos, pero dejaron todo, con valentía, como lo hacen todos los sábados y, seguramente, lo seguirán haciendo.

El equipo de la sexta del sanfra ante Sanidad formó con: Nico Leiva; Alexander Flores, Romero, Colque y Llanos; Naim Ibarra, Leonel González, Santiago Toledo y Pablo López; Nazareno Cruz y Silvio Can. En el banco estuvieron Octavio Urbano, Rodrigo Rodríguez y Alan Borja. El DT es Saúl Tolaba. Perdió 2 a 0 y fue la categoría que más fuerza le hizo al enfermero por la novena fecha de las inferiores.