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Preso en Marcos Paz, Víctor Manzanares se despegó de los negocios de la ex familia presidencial y dijo que era un mero “contador externo”. Además admitió que Lázaro Báez, también preso, fue inquilino del hotel.
22 DE Diciembre 2017 - 12:16
Víctor Manzanares, el histórico contador de la familia Kirchner que terminó preso en el penal de Marcos Paz, admitió ante la Justicia que Lázaro Báez fue inquilino del hotel de la ex familia presidencial, Alto Calafate, que le otorgó un poder a Osvaldo “Bochi” Sanfelice para hacer operaciones inmobiliarias en nombre de Néstor Kichner. Incluso, que los libros contables y societarios de la firma Hotesur fueron borrados con liquid paper.
Pero dijo que hizo todo por orden de la ex familia presidencial, y Cristina Kirchner, y se despegó de esos negocios al señalar que fue un mero “contador externo”, sólo encargado de las cuestiones impositivas.
Detenido en el caso Los Sauces por “entorpecer el accionar judicial” al garantizar ingresos a los Kirchner a espaldas de la Justicia, Manzanares debió brindar declaración indagatoria frente al juez Julian Ercolini en la causa Hotesur. Accedió a responder preguntas y se garantizó, en cada respuesta, apartarse de las decisiones tomadas por los Kirchner: aseguró que su rol se limitaba “a recibir documentación del cliente y liquidar impuestos”.
Manzanares argumentó que el estudio contable donde trabajaba “tuvo alrededor de mil clientes durante aproximadamente 50 años” y que la familia Kirchner ingresó a su estudio en el año 1976 o 1977 “como un cliente más”.
Para demostrar la “responsabilidad” que asumía en su trabajo como contador, ejemplificó ante el juez que el mismo día que falleció su padre viajó a Buenos Aires a presentar documentación en la IGJ de la firma Hotesur SA.
Liquid Paper
Consultado por el fiscal Gerardo Pollicita sobre la adulteración de los libros contables de Hotesur, el contador admitió haber introducido cambios en esa documentación, pero que lo hizo ordenado por la familia Kirchner. Dijo haber realizado “enmiendas” con liquid paper pero aseguró que “no obedecieron a ningún error malicioso. Hotesur SA era una sociedad cerrada y de familia”, señaló.
Explicó que luego del fallecimiento de Nestor Kirchner colocó en las actas que concurrían Cristina Fernández, Florencia Kirchner y Máximo Kirchner. Pero posteriormente la sobrina de Cristina, Romina Mercado le acercó a su tía los libros e “indicó que debía consignarse que concurría a esos actos Máximo Kirchner por sí y en representación de la sucesión de su padre”. Entonces, lo modificó.
Consultado sobre los negocios desarrollados entre Hotesur (de los Kirchner) y Valle Mitre (de Lazaro Baez), el contador señaló que el empresario patagónico era el locatario de los bienes de los ex presidentes y dijo que sólo se encargó de la “faz impositiva” de esos contratos.
Manzanares describió las “órdenes” impartidas por los Kirchner para desarrollar sus negocios inmobiliarios y reiteró “que su función siempre consistía en recibir documentación y realizar las tareas contables pertinentes”. En ese sentido, por ejemplo, admitió que elaboro un poder para Osvaldo Bochi Sanfelice, un documento que le permitió comprar el Alto Calafate. Para el contador, sin embargo, “Hotesur SA fue comprada por Néstor Kirchner como persona física”.
Los fiscales le preguntaron a Manzanares por qué Valle Mitre terminó su contrato de alquiler con Hotesur, abruptamente, en 2013. Fue en medio del escándalo, luego de que se conociera que en el hotel figuraban alquiladas habitaciones que no habían sido ocupadas. Pero Manzanares dijo desconocer los motivos. Y dijo que tenía una “distancia física” con la familia Kirchner, “ya que tenía una relación con ellos como con todos los clientes”.
Su interlocutor fue “siempre” Nestor Kirchner. Tras su muerte “el vínculo fue con Cristina Fernández y Máximo Kirchner en cuanto a lo personal”, dijo. Respecto a las sociedades indicó que tambien trataba con los presidentes de los directorios, Sanfelice (Hotesur) y Mercado (Los Sauces SA).