Por Juan Manuel López

Una mañana distinta pintó el cielo gris en Rosario de la Frontera, con actividades organizadas por la Oficina de la Discapacidad, dependiente del municipio local. Pasadas las 10, la coordinadora Gladys Solís brindó las palabras de bienvenida a los alumnos, padres y público, que se acercó a acompañar a los chicos.

"Quiero agradecerles a todos por compartir este gran día. Está nublado, pero el sol brilla en nuestros corazones. En mi experiencia personal pude conocer un grupo de personas con el síndrome, trabajar y darme cuenta de las grandes potencialidades que tienen a pesar de lo incomprendidos que pueden estar por la sociedad. Son personas que pueden trabajar, tener relaciones sentimentales y en definitiva, tener una vida tan plena como cualquier otro. En la vida todos tenemos puntos fuertes y débiles, por eso cada uno puede aportar cosas distintas pero valiosas a la sociedad. Aún quedan muchas barreras por superar pero es responsabilidad de todos trabajar por la inclusión, cualquiera sea su discapacidad", expresó Solís.

Nilda y Carla

Nilda es mamá de Carla, de 37 años y se mostró muy emocionada al recordar las distintas etapas que lo tocó vivir junto a su hija: "Vivimos las dos solas. Nos complementamos. Yo estoy jubilada hace 25 años. Para mí es una bendición de Dios tener una hija así. Ella siempre me apoya y me siento fortalecida", expresó entre lágrimas.

Y agregó lo difícil que es para su hija lograr la inclusión. "La sociedad debe cambiar su pensamiento respecto al tema ya que se discrimina mucho, en especial los chicos. Los padres deben enseñarles que no es una enfermedad contagiosa, que hay que tratarlos de igual manera. Debemos informarnos más. Carla muchas veces es discriminada cuando intenta integrarse o sociabilizar. Por suerte desde que en Rosario está la escuela especial se viene trabajando diferente y es un punto importante", indicó.

Por su parte, Carla quiso dedicarle unas palabras a su mamá: "Estoy muy contenta. Yo voy a la fundación Sol Día y ahí hacemos gimnasia y pintamos. La quiero mucho a mi mamá y nos acompañamos porque mi papá ya no está", dijo.

La vida de los Soria

Marcelino Soria es padre de Paula, de 8 años. En diálogo con El Tribuno contó cómo la llegada de su hija cambió su vida: "Es difícil la crianza. Cuesta hacerle entender las cosas pese a la edad que tiene. Pero aprende muy rápido y nosotros tratamos de no hacer diferencias con sus hermanos. Tenemos que estimularla y darle mucho afecto. Dios por algo nos mandó esta criatura. A nosotros nos rejuveneció mucho. Yo tengo muchos problemas de salud pero ella me da vida con sus gestos de cariño", subrayó.

Alberto está a cargo de la panadería Corazón Caliente en donde asisten chicos con capacidades diferentes: "Después de un año de experiencia junto a ellos siento que yo les enseñé pero aprendí mucho más de ellos. El trato es de igual a igual, pero sus gestos tan humanos me superan. Eso me inspira a ser mejor persona".

Convenios de inclusión

Soria anticipó que va a pedir una reunión con el intendente Solís: "Hay chicos que están capacitados para hacer tareas en instituciones y empresas. Por ejemplo en un supermercado u oficina. La integración haría que se sientan útiles como cualquier otra persona. Eso les va a dar la confianza que necesitan, por eso quiero pedirle al intendente Solís que ponga en marcha algún convenio con empresas e instituciones. Habría que concientizar a los propietarios de los negocios a cerca de la importancia de esta situación", manifestó.

Pedido especial para Daniela

Daniela Luna es integrante de la panadería y hace pocos días le diagnosticaron Leucemia. Se está haciendo una campaña ya que se necesitan dadores de sangre con urgencia de cualquier grupo y factor. Desde la Municipalidad de Rosario de la Frontera se ha puesto a disposición el vehículo para aquellos dadores que quieran viajar a la ciudad capitalina en forma gratuita. Pueden dirigirse a la Oficina de Discapacidad, ubicada en el edificio de la Municipalidad local.