"El precio del pan va a aumentar, sí o sí". Así lo anunció a El Tribuno Martín Petrocelli, presidente de la Cámara de Panaderos de Salta. La incógnita sobre el porcentaje del incremento se develará recién el 16 de marzo, en el transcurso de la asamblea convocada por la entidad que nuclea a los dos centenares de fabricantes de uno de los productos básicos de la canasta familiar que hay en la provincia.

En un principio el tema se iba a resolver el viernes, pero los asociados acordaron postergar por 15 días el anuncio, con el argumento de que para la fecha señalada ya tendrán una información acabada acerca del aumento de la luz, el gas, el agua y otros costos que influyen en el precio del producto final.

"Esta espera nos va a servir para hacer un estudio más profundo de la situación y para saber exactamente dónde estamos parados. De lo que la gente puede estar segura es de que el aumento que se disponga será el que se ajuste a la realidad y ojalá el nuevo precio pueda mantenerse por mucho tiempo", dijo.

El último aumento data de mayo de 2016, cuando el precio del pan francés fue elevado de 25 a 36 pesos y el de los miñones a $ 38. Si bien Petrocelli se excusó de pronosticar el porcentaje del incremento, todo indica que el kilo va a superar con creces la barrera de los 40 pesos, tomando como parámetro al francés y al miñón que son los de mayor consumo familiar. El dirigente graficó el estado de situación de los productores panaderos en estos términos: "Estamos en el horno". Y agregó: "Con la inflación que tuvimos el año pasado, el incremento del transporte, de los servicios y los insumos, el pan de hoy en día está adquiriendo una tonalidad tostada, tirando ya para quemado".

Petrocelli sostuvo que "el incremento es inevitable porque de otra manera tendríamos que cerrar las fábricas". En ese sentido, el titular de la Cámara de Panaderos señaló que "a los costos de producción tenemos que agregarle el incremento en el salario de los empleados. En abril hay paritarias y también tenemos que tener en cuenta esta situación".

Al referirse al precio del flete para el transporte de la harina, Petrocelli indicó que "el combustible está por las nubes y, dentro del costo del flete, el molino no te perdona nada, incluye hasta el gasto de comida del chofer del camión. Es decir, todas estas cosas suman y suman y por eso en estos momentos muchas panaderías están trabajando para mantenerse". Puso como ejemplo la bolsa de harina, de la que dijo que el año pasado costaba 300 pesos y ahora está entre 320 y 330 y que lo propio ocurre con la grasa, la levadura y otros insumos.