Miles de veces los salteños leímos en diarios, carteles pegados en la vía pública y -más aquí en el tiempo- muros de redes sociales: “Esta noche toca Niebla”. Y no hacía falta precisar muchos más datos acerca de la banda porque, quien sabe de música en Salta, sabe del jazz de Niebla. La certeza de su talento, sin embargo, no ahuyentaba la expectativa acerca de qué aguas estarían remontando en ese momento los músicos, que nunca dejaron de explotar su sensibilidad creativa. 
Pero la propuesta de Niebla tenía, además, la evanescencia del instante y de la jam session, porque la banda nunca tuvo disco propio. Hasta hoy. “Entre la niebla y la realidad” es la ópera prima del grupo que, con 30 años de trayectoria, es hoy un eslabón fundamental de nuestra historia musical.
Raúl “Pekiné” Lamas (guitarra), Julio Héctor Lamas (guitarra midi), Daniel “Palmito” Flores (bajo) y Carlos H. Barcatt (batería y percusión) presentarán su disco esta noche, a las 21.15, en la Casa de la Cultura (Caseros 460).
Los acompañarán músicos y amigos de toda la vida: Orlando “Zapato” Jiménez, Mirko Petrocelli, Pablo Arnedo Jiménez, Daniel Tinte, Ángel “Duende” Flores y Dibu Vidaurre (Entradas: 50 pesos). 
Una vez más, es grato anunciar: “Esta noche toca Niebla”. Y en la antesala del show, Julio Lamas deja reposar un ratito su guitarra para hablar de lo vivido. 
 
Hablame del disco. ¿Cuánto hay en él de reconocible y cuánto hay de innovador?
El disco tiene más un carácter documental. Participan los distintos músicos que tocaron en el grupo anteriormente. Es un poco de historia y también de actualidad, porque incorporamos algunos timbres nuevos que le dan cierta contemporaneidad. Lo innovador es que fue grabado, mezclado y masterizado en Salta, en Amaichahuasi Studios, de Daniel Tinte.
En medio de la crisis global, este disco es una bocanada de aire. Justamente nos propone replantear, pensar, reflexionar.

Los integrantes de Niebla son músicos de gran virtuosismo. Muchas veces son convocados para tocar con otras bandas, sin embargo, tienen un perfil muy bajo...
Tener perfil bajo no es malo. Para nosotros es algo de toda la vida. Tiene que ver con la filosofía del “de solo estar”. Hoy en día, muchas actividades se magnifican y no tienen fundamentos o base estructural, y ocupan un lugar destacado o de privilegio. A nuestra música no la planteamos como una “carrera“. Nuestro objetivo es caminar, andar en el campo musical y artístico con proyectos, discos, presentaciones, clínicas... Y con la permanente interrelación con las demás artes (literatura, plástica, danza, etc.).

¿Creés que el jazz, como género, tiene espacio para expresiones de cada nación o región?
Sí, el jazz ya es un patrimonio mundial. Si bien incorporarlo lleva su tiempo y costo, se difunde y expande por todo el mundo. Desde hace tiempo se habla de un jazz argentino y hasta de un jazz regional o local.

¿De dónde abreva Niebla en la actualidad? 
La música es constante movimiento, es cambio. Nosotros buceamos tanto en nuestra tradición como en alguna vertiente contemporánea. Ambas favorecen la música.

Hacen “música negra” en una región de idiosincrasia andina... ¿el mestizaje musical cae de maduro?
Sí, al fusionar estas corrientes se agrega polirritmia, armonías de todo tipo, mixtura, color... Se trabaja desde otra perspectiva.

¿Cuál es la mayor dificultad que se encuentra a la hora de componer música de jazz?
Se dice que, en general, en el jazz ya está todo hecho. No obstante nosotros pensamos que siempre hay un margen para poder expresarse, para hacer un aporte, para sumar un granito de arena.

Aventurarse a hacer un jazz propio es posicionarse en términos de política estética. ¿Dónde está parado Niebla en este sentido?
Así es. Una música con elementos nuevos y características propias representa un “hecho artístico”. Un ejemplo de ello es la obra de Dino Saluzzi. 
Niebla empieza a andar. Hay que seguir formándose, estudiando. Es un camino largo. Luego se verán los frutos.

Contame acerca de su rol docente en la Escuela de Música Popular “Dr. Gustavo Cuchi Leguizamón... 
Sí, fuimos convocados por la dirección de la escuela. Julio Lamas está dictando talleres de guitarra eléctrica y Daniel “Palmito” Flores, de bajo eléctrico. Por supuesto que apoyamos este tipo de escuelas. Es un espacio de formación más amplio, plural. El estudiante tiene la posibilidad de convivir y conectarse con distintos géneros musicales: clásico, jazz, rock, blues, folclore, tango, pop, entre otros.