Ayer hubo seis niños, de entre 5 y 13 años, heridos por pirotecnia. El caso más grave fue el de un nene de 7 años que tuvo una herida grande en el rostro tras haberle explotado un petardo. Sin embargo, luego de recibir atención médica volvió a su casa. Hubo cuatro niños con lesiones en los ojos y párpados -uno, con úlcera- y otro, en miembros superiores. 
Dos pequeños ingresaron a la guardia del hospital infantil por siniestros viales pero, tras ser atendidos, pudieron volver a sus hogares.
Hubo casos de gastroenteritis, diarrea y vómitos por exceso de ingesta alimentaria o de calor.
La médica Claudia Fabaro, jefa de guardia, dijo a El Tribuno que la cantidad de heridos por pirotecnia ha disminuido con respecto a otros años y consideró que esto puede deberse a la nueva ordenanza municipal 15.280, que prohibe la venta y el uso de bombas de estruendo mayores a dos pulgadas.
Durante el 31 de diciembre y hasta el mediodía del 1 de enero, en tanto, se asistió a más de 200 pacientes entre ginecoobstetricia y pediatría en el HPMI, pero ninguno de gravedad.
En el sector emergencias de la maternidad los médicos asistieron a mujeres embarazadas y puérperas. 
Los motivos más frecuentes de consulta fueron los problemas alimentarios y los cólicos.