Ya pasó el primer mes de las vacaciones del calendario escolar y muchos de los chicos que tomaban el desayuno o la merienda en el aula, ahora no cuentan con el mismo. A esto se suma que en algunos barrios los comedores y merenderos no tienen aporte oficial, como ocurre en barrio 17 de Octubre. Allí, Marina Mendoza y Johana Castillo, madre e hija, llevan adelante el proyecto de un merendero en vacaciones. A este espacio, que funciona en un salón que tienen en su casa, asisten 120 niños, que en muchas ocasiones van acompañados por sus madres que también toman allí la merienda. Mate cocido, anchi, arroz con leche y mazamorra son algunas de las preparaciones que se ofrecen en este merendero, donde todo se cocina a leña. El pan casero que disfrutan los chicos se hace dos veces a la semana en un horno de barro. En el proyecto trabajan seis mujeres, entre las que se cuenta a dos miembros de la Policía de la Provincia, destinadas a la comisaría del barrio. "Emma y Claudia tomaron la licencia y vienen a ayudarnos", contó Johana, quien agregó que este proyecto es de su madre.

"Ella siempre quiso hacer esto. En el barrio tenemos muchos chicos con necesidades de todo tipo y ahora que no hay clases y los comedores no están atendiendo, quedan en la calle", detalló la joven.

Desde las 18, el salón ubicado en barrio 17 de Octubre, manzana 405 B lote 8, se llena de pequeños desde uno a 15 años, también adolescente embarazadas y madres jóvenes con más de un niño. Todos van por la merienda, pasan un par de horas jugando y a las 20 vuelven a sus hogares.

Talleres

Es por eso que además de ofrecerles un aporte alimentario, las mujeres que trabajan en este comedor decidieron emprender un taller de reciclado. Johana es maestra y junto a una compañera dictarán esa técnica. "Esta semana queremos hacer un taller de reciclado de CD. Vamos construir llamadores de sueño, así que pedimos la colaboración de todos para los materiales", dijo la docente. Necesitan plasticola, pinceles, témperas, papeles, hojas en desuso, cinta, cajas y cartones.

"Todo lo que pueden acercarnos es útil. Los chicos vienen y no se quieren ir, y antes de que estén solitos o en la calle, es mejor que pasen un tiempo haciendo o aprendiendo algo. Muchas familias no tienen dónde llevarlos en esta época", expresó Johana.

Si bien la merienda se ofrece de lunes a viernes desde las 18, el sábado pasado se realizaron algunos juegos y se entregaron golosinas porque los chicos no recibieron Reyes Magos.

Entre algunas de las actividades que propone el merendero de Marina y Johana está la realización de un pequeño corso infantil, por lo que los chicos ya se están organizando para construir disfraces y armar coreografías.

"Si alguien tiene disfraces para regalarnos serán bienvenidos", expresaron las mujeres.

Marina no duda en que los corsos infantiles serán un éxito. Cuenta con el entusiasmo de los chicos y la colaboración de sus vecinos.

Este merendero no recibe aportes oficiales, por lo que si algún vecino puede colaborar con azúcar, yerba, arroz, leche en polvo y sémola, puede comunicarse al 387 582-4594.

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