Acceso web El Tribuno:
www.eltribuno.com
Contacto:
Editor: Pablo Juarez
E-mail: pjuarez@eltribuno.com.ar
Teléfono: +54 387 4246200
Por cualquier consulta administrativa o referida al sitio, puede escribirnos a: contactoweb@eltribuno.com.ar
Director: Sergio Romero
Telefono: +54 0810 888 2582
Razón Social: Horizontes On Line SA.
Registro de propiedad intelectual: 69686832Domicilio: Av. Ex. Combatientes de Malvinas 3890 - CP (A4412BYA) Salta, Argentina.
Juan Domingo Morales era un vecino muy querido en Cerrillos. Una multitud le expresó su cariño y participó el fin de semana de las exequias.
16 DE Octubre 2018 - 08:03
Una multitud despidió los restos mortales de Juan Domingo Morales, un vecino muy querido de Cerrillos, quien fuera ahijado del expresidente Perón. “Buena persona, cariñoso y muy servicial”, se escuchó decir una y otra vez a quienes lo conocieron, en una misa multitudinaria oficiada en la parroquia San José.
Nació en el invierno de 1952. Era el séptimo hijo varón de la familia Morales Sarapura y, como tal, recibió según la legislación de entonces, el padrinazgo presidencial de nada más y nada menos que del general Juan Domingo Perón. Una medalla de oro de 18 kilates, así lo recuerda.
En los días siguientes al nacimiento del bebé, un telegrama llegó a Cerrillos con las buenas nuevas. Los Morales Sarapura pertenecían a una arraigada familia radical yrigoyenista, tanto que el primogénito de don Eusebio Morales fue registrado con el nombre de Hipólito, en homenaje al expresidente (1916/22 - 1928/30)).
Pese a los vaivenes de la política intrafamiliar, la noticia del gobierno central llenó de alegría no solo a los Morales Sarapura, sino también al vecindario y al pueblo en general. Fue así que el pequeño fue bautizado como Juan Domingo Morales por el párroco Luis Zangrilli, en el bautisterio de la vieja iglesia del pueblo.
El templo de la parroquia San José se vistió de gala. Era un acontecimientos como pocos. Hasta el mismísimo gobernador de la provincia, don Carlos Xamena, encabezó la ceremonia junto al exintendente Horacio Corimayo.
En una entrevista realizada por El Tribuno algunos meses antes de su partida, Juan Domingo contó: “Mi mamá, Claudia Sarapura, me contó que vinieron muchas autoridades de la ciudad de Salta y un representante del presidente Perón. Todo el pueblo se juntó frente al altar. El bautismo se llevó a cabo en la iglesia y después continuaron los actos en el anterior edificio de la Municipalidad”.
La Municipalidad no le era ajena a Juan Domingo y a su familia, puesto que vieron allí hasta los años 70. El denominado “canchón municipal” fue su casa y la plaza, ubicada enfrente, su patio de juegos. Su papá, don Eusebio fue el casero, encargado de mantenimiento del edificio, jardinero, podador y placero. Por aquellos tiempos, su fama de jardinero había trascendido los límites de Cerrillos y del Valle de Lerma por sus dotes artísticos en jardinería y especialmente por sus destrezas en el arte topario, que consiste en darle formas ingeniosas a los árboles y arbustos mediante la poda ornamental para embellecer parques y jardines. Tanto, que fue contratado por municipios del sur provincial, como Metán y Rosario de la Frontera para dar rienda suelta sus habilidades.
En los recordados cercos de ligustros de la plaza de Cerrillos -extraídos en 1974-, lucían animales, aviones y decenas de esculturas verdes. Eso fueron los primeros juguetes de Juan Domingo, quien desde pequeño solía ayudar a su padre junto a sus hermanos mayores. Su papá había nacido en 1909 en Potrero de Díaz (La Viña), y luego se radicó para siempre en Cerrillos. Tuvo 12 hijos. Juan Domingo era el más chico. Cursó la primaria en la escuela Gobernador Solá, hasta sexto grado, como era en aquellos tiempos. Allí fue compañero de estudios de la exintendenta cerrillana, Clelia Guzmán.
Después trabajó en la construcción del barrio Antártida Argentina, fue encargado del Club de los Bioquímicos y estuvo como responsable del bufet de Los Mayuatos.
Durante gran parte del siglo XX, el padrinazgo presidencial estaba reservado para el séptimo hijo varón. Luego la ley se modificó para alcanzar al séptimo hijo, sin distinción de sexo.
Finalmente, Juan Domingo se dedicó a las tareas de campo en una finca de Sumalao, del argelino Fili Garcín, donde se jubiló el año pasado. Sus pasiones fueron la jardinería y el fútbol. Era fanático del Club Atlético Cerrillos, al que seguía por todas partes, aunque sus primeras gambetas de niño las hizo en la canchita de Ameghino. También fue árbitro, especialmente del los grandes torneos de Baby Fútbol del Club Pueblo Nuevo, del Club Municipal y los Evita que se organizaron en los años 60, 70 y 80.
Juan Domingo formó su familia con Ana Martínez. Fue padre de cuatro hijos. Pese a su cuna radical, cuando recordaba a Perón se le iluminaba la mirada y le resultaba imposible disimular un dejo de nostalgia y admiración.
Tal como sucedió durante su nacimiento, su fallecimiento también movilizó a todo el pueblo que le expresó un cariño entrañable.