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Quieren que el uruguayo Nández sea un referente futbolístico y “económico” y contraatacan por la posible “jubilación” de Gago a raíz de las interminables lesiones.
28 DE Diciembre 2018 - 02:18
La tormenta que dejó el histórico triunfo por la Copa Libertadores 2018 de River sobre Boca en Madrid sigue dejando secuelas y las posibles decisiones en Casa Amarilla volvería a convertir al club de la ribera en otro cabaret.
Nueve meses después de la última gran decepción en manos de su archienemigo, en la Recopa Argentina de marzo pasado, cuando perdió 2 a 0, volvieron a “nacer” otras nuevas situaciones que prometen convertirse en escándalo.
Como dijo Jack el Destripador, vamos por partes.
Luego de una destacada actuación en la final de la Libertadores, el uruguayo Nahitan Nández busca ser el abanderado del nuevo Boca.
De esta forma, el representante del mediocampista pretende que el jugador se convierta en un referente del equipo, en lo futbolístico, pero también en lo económico.
Pero mientras negocia un aumento salarial y de la cláusula de rescisión de contrato, se movió un avispero entre el resto del plantel que hasta se convertiría en inviable.
El representante de la gran figura de Boca estaba viajando ayer a Buenos Aires para reunirse con Angelici y los dirigentes xeneizes y tratar el tema del incremento de contrato y la cláusula de salida, que podría ascender a 30 millones de euros.
La presión que metió Nández y su representante está relacionada a la oferta formal que recibieron de parte del Cagliari de Italia por 15 millones de euros por el 70% del pase del mediocampista charrúa.
Pero el presidente Daniel Angelici, al que aún no le baja la bronca de la final perdida, pondría resistencia al “capricho” del uruguayo, sabiendo las consecuencias que traería para el club. De todos modos, Nicolás Burdisso y los demás dirigentes xeneizes no cierran la puerta para negociar.
Y, por el otro lado, está el espacio que ocupa un eternamente lesionado Fernando Gago, quien se rompió el talón de Aquiles en la final, y a quien el médico xeneize Jorge Batista debió salir ayer a refutar las opiniones de especialistas que aseguran que el excapitán debería “colgar los botines”. “Qué bueno sería que todos los que quieran opinar lo hagan con nombre y apellido!! Muchachos, nadie se va a enojar”, disparó.
Abundan los ejemplos
Pero el cabaret Boca no es cosa nueva y varios “artistas” subieron a la pasarela este año, quizás alimentando algo que nació en 1998 con el Bambino Veira y Gambeta Latorre.
Cabe recordar que, en otros episodios relevantes, estuvieron las piñas entre Insaurralde y Silva en pleno entrenamiento, a comienzo del año pasado, como así también el escándalo por la “fumata” en el vestuario de Daniel Osvaldo o los desplantes de Ricardo Centurión con las armas, el alcohol, accidentes de tránsito y las peleas con sus compañeros en un hotel marplatense en medio de un superclásico de verano. Eso, sin contar los casos por violencia de género.
Y si de eso se habla, el 2018 trajo dos nuevos escándalos, cuando Wilmar Barrios y Edwin Cardona fueron denunciados por dos bailarinas durante una “reunión privada” en un hotel de Puerto Madero.
Hubo afirmaciones y desmentidas, pero también hubo firmeza en una denuncia y arreglo en la otra.
En los primeros días del comienzo de la primavera 2018 otro escándalo “floreció”. Y otra vez el culpable fue River. Mauro Zárate realizó una jugada cerca del área sin ver que el colombiano Edwin Cardona entraba sin marca adelante, por lo que este le reprochó la “morfada” y el ex-Vélez explotó con un insulto: “La c... de tu madre”, y se armó la podrida. Y como la discusión no terminaba, el árbitro Javier Pinola tuvo que intervenir y dar por finalizado el enojo.
Todo esto se resume en una frase del expresidente Jorge Ameal: “Angelici tiene una condena pública y él lo sabe. Boca ya es una sociedad anónima. El club tiene gerentes y yo quiero dirigentes que sientan como hinchas”. ¡Continuará!