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Un estudio de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa registró 79.529 manteros en 500 ciudades relevadas, lo que representa un 112,8% más que los 37.239 que se habían observado en 2017. En nuestra Capital hay 1.337 puestos.
30 DE Diciembre 2018 - 10:32
En la Argentina hay actualmente más del doble de manteros de los que había en las calles a esta altura del año pasado, de acuerdo a un estudio de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), un fenómeno que también se explica a partir de una importante disminución de “saladitas”, es decir predios que agrupan a varios puestos.
De esta forma, el mapa de ilegalidad de la CAME registró un total de 79.529 manteros en las 500 ciudades relevadas de todo el país, un número que representa un 112,8% más que los 37.239 que se habían observado en el mismo informe durante 2017.
Al evaluar un panorama integral, el relevamiento destacó que la venta clandestina en la vía pública y en ferias irregulares ascendió a $10.015 millones en noviembre y cerrará el año en $120.177 millones, algo que provoca un fuerte impacto en las arcas públicas. “Sólo de IVA, el Estado habrá perdido de recaudar $25.235 millones este año”, lamentaron desde la entidad empresarial, según informa diario Popular.
Con respecto a los casi 80 mil vendedores que improvisan sus puestos en las calles, desde la CAME advirtieron que “preocupa el crecimiento fuerte de los grupos de senegaleses vendiendo relojes, anteojos y joyería, en todo el país” y agregaron: “Ya no se trata de un fenómeno localizado solo a la Ciudad de Buenos Aires, sino que han invadido muchas ciudades pequeñas, medianas y grandes”.
Al encontrar los motivos que favorecieron el incremento de manteros, apuntaron a la reducción de saladitas y las capacitaciones a vendedores: “En noviembre 2018 se encontraron 130 saladitas menos (una baja del 17,1%) que en la medición del año pasado. Esa caída se debe a varios fenómenos. Uno de ellos es la suba de los alquileres de esos predios, que encareció los puestos. Así, frente a los bajos niveles de ventas y subas de alquileres, muchos puesteros se trasladaron a vender a las calles, vaciando esos centros y obligando a su cierre”.
“También incidió que tanto el Estado Nacional como las provincias, municipios y cámaras empresariales vienen trabajando en la regularización de muchos predios, donde se fueron formalizando las condiciones de venta. Los vendedores que no se legalizaron, pasaron a la modalidad manteros o se trasladaron a otros mercados más precarios y con menos controles”, precisaron desde la entidad.
Las zonas donde más materos existen
Por otra parte, al evaluar cuáles fueron las zonas con mayor cantidad de venta ilegal, la Ciudad de Buenos Aires encabeza el ranking, con 8.678 puestos, es decir casi un 11% del total. Le siguen los distritos de Lomas de Zamora (7.800), La Matanza (5.600) y Florencio Varela (5.200), que entre los tres agrupan más del 23% de las ventas, en apenas tres puntos fuertes del Conurbano bonaerense.
Los primeros lugares de la lista los completan Formosa capital (5.000 puestos), La Plata (3.100), San Salvador de Jujuy (2.150), Córdoba capital (1.580), el distrito bonaerense de Moreno (1.400) y Salta capital (1.377).
Desde la CAME señalaron que “en el último año tomó más fuerza la venta a través de redes sociales, especialmente Facebook, Instagram y grupos de WhatsApp, motivo por el que todas las localidades relevadas mostraron preocupación”.
“Ferias americanas en casas particulares, venta ambulante o en oficinas, operaciones a través de redes como Facebook o Instagram, o mediante grupos de Whatsapp son algunas de las modalidades de venta ilegal que vienen creciendo aceleradamente. Se suman a ellos la llegada de camiones cargados con mercaderías o alimentos que se promocionan mediante redes y se asientan en lugares a determinar de la ciudad”, alertaron.
En ese sentido, consideraron que “al tradicional vendedor ambulante, que fue posiblemente una de las primeras formas de venta irregular callejera, se suman en forma creciente los vendedores que aprovechan estas vías de comunicación para concretar ventas en negro”.
“Ya no se trata sólo de la venta ambulante, casa por casa o en oficinas, sino de vendedores que van armando su cartera de clientes a través de las redes. Lo hacen en general con mercadería que compran en: saladas y saladitas o que traen de contrabando desde Chile, Paraguay, Bolivia, China o Estados Unidos. Lo mismo sucede con las ferias de garaje, las tradicionales ferias americanas o la venta de ropa usada que se convirtió también en una modalidad frecuente”, concluyeron desde la CAME.