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Sandra Calderón, la mamá de Luján Peñalva, y su dolor inconmensurable. Andrés Mansilla
La madre de Luján Peñalva por primera vez habló con los medios.Aseguró que no puede vivir sin la verdad y solicitó una investigación esclarecedora.
14 DE Febrero 2018 - 00:00
Desde que la jueza Mónica Mudski desarchivó el expediente que impedía una nueva investigación sobre la muerte de Yanina Nesch y Luján Peñalva la causa comenzó a transitar una nueva etapa, mucho más científica en busca de una verdad que, al parecer, no se ajustó a los hechos cuando la causa se archivó.
Más de cinco años transcurrieron ya y durante ese lapso de tiempo la mamá de Luján, Sandra Calderón, permaneció en silencio, en un luto interminable que culminó el día que la Justicia salteña escuchó su clamor de madre.
La mujer jamás había hablado en público sobre el caso de su hija Luján y su amiga Yanina.
Ayer en exclusiva se refirió a los últimos acontecimientos y brindó alguna palabras sorprendentes.
"Tengo miedo y tuve miedo porque tengo un hijo a quien abrigar ahora, pero siempre estuve detrás de mi esposo Gustavo Peñalva, solo que no pude enfrentar a los medios cuando nos trataban de locos".
"Fueron cinco años en el que mi silencio de madre fue una queja rebelde cargada de impotencia y de verdad. Hoy la Justicia nos da razón en parte y nos abrió la puerta a una nueva y compleja investigación y eso no es poco", afirmó.
"Hoy doy quizá la única entrevista y les aseguro que cuando Luján murió parte de mí se fue con ella. No puedo hablar de "Luji' sin que la garganta se me haga un nudo, sin que afloren las más amargas de las lágrimas y así no puedo sostenerme, el dolor me sobrepasa. Ahora, haciendo un esfuerzo quiero expresar mi agradecimiento a la jueza Mónica Mudski, una mujer que seguramente valoró mi silencio de madre que no es más que un clamor de justicia. Hoy, mañana y siempre deseo la verdad".
Sandra Calderón aseguró a El Tribuno que la lucha fue titánica y que siempre estuvo en ella. "Gustavo pudo soportar todo y cuando perdió fuerzas su hermana y tía de Luján, Marisa, lo sostuvo; hoy estamos tras el objetivo de la verdad y para ello vamos a necesitar de todos los que pudieran aportar datos a una causa que está abierta nuevamente".
Aunque hay una persona sospechada, la familia Peñalva señaló que no es el único culpable y que la cadena de encubrimiento puede ser grande.
"Hoy les pido como madre y por única vez que aquellos que algo puedan aportar lo hagan, no solo por la Justicia sino por esta mamá que todo lo perdió", finalizó.
Las dos adolescentes fueron halladas muertas en finca El Carmen, en Cerrillos, a mediados de julio de 2012. La decisión de la jueza Mónica Mudski de hace una semana se fundamentó en la presentación de una testigo de identidad protegida y en las pericias que los Peñalva encargaron a un equipo de expertos del estado de La Florida, en Estados Unidos, quienes concluyeron que las dos jóvenes fueron asesinadas.
La causa, archivada el 6 de febrero de 2014 por el juez de Instrucción en Transición de Segunda Nominación Pablo Arancibia, permaneció cerrada hasta unos días atrás cuando la jueza de Transición hizo lugar a la queja de la familia Peñalva. La medida casi sin precedentes en la Justicia local descolocó en parte las aseveraciones del juez Arancibia, quien había cerrado el caso fundamentado en que el deceso de las adolescentes había sido consecuencia "de una decisión personal, libre y voluntaria tomada por cada una de ellas".
La jueza Mudski entendió que "el auto de archivo tiene el carácter de cosa juzgada formal, esto es, no reviste naturaleza definitiva sino provisoria, y ello no obsta a que pueda proseguirse", siempre que aparezcan elementos que puedan modificar la resolución de 2014, cosa que dejó entrever fueron aportadas no solo por eminentes profesionales extranjeros, sino por una testigo protegida.
Las conclusiones de expertos y el equipo de forenses y criminólogos contratados por los Peñalva demostraron que en el expediente cerrado existen errores gravísimos en los procedimientos de la autopsia, además del faltante de unas cien fotografías tomadas por el CIF. En ese sentido la familia querellante aseguró que van a solicitar que las contrapruebas ya no las realice el CIF, para aventar suspicacias y por falta de credibilidad.
El caso conmocionó a Salta y al país un 14 de julio de 2012 cuando las amigas desaparecieron y dos días después las hallaron ahorcadas en una morera en una finca de Cerrillos. La Justicia decidió archivar el caso como doble suicidio y ahora dio marcha atrás permitiendo que la verdad no huya.
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