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Los jugadores de San Antonio celebran la victoria y el histórico ascenso. Pablo Yapura
Los dirigidos por Martín Martos gestaron un logro histórico e inolvidable: derrotaron a Deportivo Marapa por 3 a 1 y se coronaron campeones del Federal C. Marcos Navarro, Emanuel Cáceres y Matías Vicedo marcaron para San Antonio.
29 DE Abril 2018 - 23:30
¡De pie, señores! Saluden al nuevo campeón: San Antonio. La villa logró algo histórico, algo por lo que luchó durante años y ayer lo consiguió.
El estadio Martearena quedó inundado por tantas lágrimas de emoción, con todo un pueblo azulgrana celebrando hasta más no poder. Gargantas disfónicas y palmas enrojecidas dejó la victoria frente a Deportivo Marapa de Tucumán, por 3 a 1, en la final de vuelta que coronó a San Antonio como el flamante campeón y decretó su ascenso al próximo Torneo Regional Amateur (o Federal B).
Esta vez, el sueño de muchos se materializó. El cuarto club más grande de la provincia, como se lo denomina, y con justa razón, mostró estar a la altura de las exigencias.
La batalla fue ardua, como se lo esperaba, pero la villa contó con esos grandes guerreros que saben hacer historia cuando más se los requiere.
Martín Martos es uno de los grandes artífices de este éxito, al igual que los dirigentes, quienes tuvieron la sapiencia para darle continuidad al técnico, luego del intento fallido en la temporada pasada.
El plantel de San Antonio sabía lo que estaba en juego. Era consciente que no podrían desaprovechar esta oportunidad.
Así lo jugó, poniendo lo que hay que poner en una final de tamaña envergadura.
Apenas arrancó el partido se notó el hambre de gloria que tenía el equipo. No dejó ni pensar al rival y marcó el primer gol antes que se cumpliera el segundo minuto de juego: Rubén Villarreal asistió a Marcos Navarro, quien definió con una enorme jerarquía.
Cuánto acierto tuvo Martos en darle su confianza al “Canario”, que arrancó como suplente y se ganó la titularidad para estar presente en los partidos más importantes.
Fue casi instantáneo el segundo cachetazo de la villa: a los 3’, Emanuel Cáceres, habilitado por Matías Vicedo, la mandó a guardar e hizo temblar las tribunas del estadio al convertir el segundo.
Cáceres disfrutó una de sus mejores tardes como amante del fútbol, porque cargaba una mochila pesada tras perder dos finales con Central Norte. Esta vez la historia fue otra. No le pesó la responsabilidad al “Narigón”, todo lo contrario, fue una de las figuras de la final.
San Antonio tuvo la posibilidad de liquidar la serie. Pablo De Pauli, de cabeza, se perdió de forma increíble lo que podría haber sido el tercero.
Marapa no se achicó y respondió minutos más tarde (7’). Diego Velardez aprovechó su potencia física en un centro, intentó acomodarse, Pegini dudó en salir y el delantero definió de espaldas al arco. Un golazo, clavándola sobre el ángulo superior izquierdo.
Era una verdadera batalla final. San Antonio tuvo mayor fluidez de juego. Leo Silveira, en una de sus mejores producciones desde que llegó a la villa, fue desequilibrante e inteligente para generar.
El equipo de Martín Martos también sufrió. La labor defensiva no fue buena, le costó controlar a Velardez y, sobre todo, a Carlos Juárez, el hombre más hábil en la visita.
Sobre el final de la primera mitad, San Antonio volvió a arremeter con una gran maniobra individual de Cáceres, quien sacó un centro y Vicedo aprovechó de cabeza para marcar el 3 a 1.
En el complemento, las pulsaciones no bajaron y la final tomaba mayor temperatura, sobre todo en Marapa, porque protestaron varios fallos polémicos de un árbitro que tuvo una opaca labor.
Con el resultado en contra, Walter Villafañe, técnico del equipo tucumano, hizo una jugada arriesgada, sacó un defensor y sumó un delantero.
San Antonio, con la mínima ventaja a favor y con mayor tranquilidad, continuó buscando sentenciar la serie, pero no pudo y sufrió más de lo esperado.
La villa tenía prácticamente controlado el partido y todos esperaban el pitazo final que se hizo desear.
Y por muy poco, casi se le escapa el ascenso: en tiempo de descuento, un descuido defensivo le permitió a Ferreyra quedar mano a mano con Mauricio Pegini, quien, una vez más, respondió con enorme jerarquía y evitó el descuento.
El “Rulo” se vistió de héroe en el final con la tapada más valiosa de todo el campeonato, porque le significó a San Antonio el título de campeón del Federal C.
Villa San Antonio se vistió de fiesta y disfrutó de un momento histórico y emotivo.