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Son fondos retenidos a las obras sociales. El Gobierno buscará mañana una tregua. La negociación, que arrancó el jueves, al menos logró desacoplar la huelga de la que quiere hacer Moyano esta semana.
11 DE Junio 2018 - 09:32
El Gobierno volcará en las obras sociales sindicales $6.000 millones que tenía retenidos para frenar o al menos debilitar un nuevo paro nacional de la CGT. Será la mayor concesión oficial del pliego de demandas que presentó la semana pasada la central obrera como condición para no ir a una huelga, una amenaza que ahora se trasladó para fin de este mes. La otra será quitar la baja de indemnizaciones de los proyectos de reforma laboral. En el Ejecutivo, en cambio, descartaron un freno a los despidos, la reapertura indiscriminada de las paritarias y la eliminación de Ganancias del medio aguinaldo, según publicó Ambito Financiero.
La liberación de recursos a favor de las entidades de salud de los gremios forma parte de una negociación que la administración de Mauricio Macri y el sindicalismo tradicional arrastran desde fin del año pasado y que permanecía congelada por razones estrictamente políticas. La ventana de oportunidad para reanudar la tratativa surgió a partir de la semana pasada cuando la CGT amagó con un paro total el jueves próximo, con la adhesión de los gremios opositores pero también con los dialoguistas y los del transporte.
Los 6.000 millones de pesos estaban incluidos en un acuerdo que Macri anunció en agosto de 2016. Aquel entendimiento le daba un destino a la totalidad de la deuda reconocida por el Gobierno con las obras sociales por más de 20 mil millones de pesos.
Esa parte (que entonces eran $4.500 millones pero con intereses creció cerca de 35%) tenía como destino, según la normativa montada para su distribución, la asistencia financiera a las organizaciones de salud para situaciones de emergencia así como la creación de programas de prevención y la adquisición o remodelación de infraestructura.
No será la primera vez que el Ejecutivo amaga con repartir esos recursos. Pero la semana pasada el vicejefe de Gabinete Mario Quintana apuró al superintendente de Servicios de Salud (SSS), Sandro Taricco, para que le girase todos los borradores de decreto que había elaborado para organizar la distribución de ese monto. Desde Ginebra, en la comitiva argentina ante la Organización Internacional del Trabajo, Taricco y el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, actualizaron en tiempo récord los proyectos de decreto.
En todas las alternativas que trabajó el organismo técnico se trata de un rebalanceo los recursos que entrega mensualmente la Superintendencia: su puesta en marcha implicará un incremento de los repagos por tratamientos de salud de alto costo (SUR) y de los subsidios para afiliados de bajos recursos (SANO) y jubilados (Suma70) y una baja del Subsidio para la Mitigación de Asimetrías (SUMA) que sostiene a las entidades más deficitarias, y que en este nuevo escenario deberían acelerar una reconversión o incluso fusión con otras para garantizar su subsistencia.
El Gobierno llevará el martes el esquema de devolución de fondos a la continuación de la reunión que mantuvieron el jueves pasado el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, el vicejefe de Gabinete Mario Quintana y el jefe de Gabinete de Trabajo, Ernesto Leguizamón, con el triunvirato y la mesa chica de la CGT. Aunque la expectativa de máxima es el levantamiento del paro entre los funcionarios saben que es casi imposible. La negativa rotunda a habilitar una reapertura sin tope de las negociaciones salariales (y haber convalidado por decreto sólo un extra de 5%), así como un cepo a los despidos y la exención de Ganancias sobre el aguinaldo dejará a la central obrera sin mayores argumentos para frenar una huelga nacional que podrá ser anunciada mañana mismo por el Consejo Directivo de la central luego del encuentro en la Casa Rosada.
Al menos, evalúan los negociadores de ambos bandos, el eventual paro no podrá concretarse esta semana como esperaban Moyano y los gremios opositores de la Corriente Federal de Trabajadores (CFT) que lidera el bancario Sergio Palazzo. En esos sectores alentaban realizar la medida este jueves junto con la ya preanunciada huelga de los choferes.
La nueva fecha para lanzar la protesta se sitúa entre el lunes 25 y el miércoles 27 de este mes, en pleno Mundial de fútbol. Sería un mal menor para el Gobierno y una finta de la CGT para no sumarle volumen al camionero.
Para hoy se esperan contactos informales entre los funcionarios y la comitiva de la semana pasada: los triunviros Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña, y miembros de la mesa chica como el "gordo" Armando Cavalieri (Comercio); los "independientes" Andrés Rodríguez (estatales, UPCN), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias y gestor central de la negociación por los fondos de las obras sociales); los referentes del transporte Roberto Fernández (colectiveros, UTA) y Omar Maturano (maquinistas de trenes, La Fraternidad), y Carlos Frigerio (cerveceros) y Jorge Sola (empleados del seguro) como referentes del sector de Moyano con buen diálogo con los demás.