El fútbol de estos tiempos no escapa a la realidad del país. Y es sabido que los que más lo sufren son los equipos del interior del país, de los postergados torneos federales, donde el aporte de AFA es sustancialmente menor al de sus categorías equivalentes en el área metropolitana.

Por esto y por mucho más, Gimnasia y Tiro, cuya dirigencia se propuso no gastar un peso más de lo que ingresa, decidió bajar el presupuesto y se puso firme. Incluso dejó ir a jugadores que precisaba el DT Víctor Riggio porque no pudo retenerlos. Es lo que hay.

Pero a veces el “es lo que hay” deja de ser una frase conformista y pasa a convertirse en una realidad imposible de adulterar. Porque se hace lo que se puede con escasos recursos y esta crisis fue la excusa perfecta para darles alas a ellos, a los pibes del club y a unos cuantos de afuera que hacen sus primeras armas en el fútbol profesional y que son apuestas a futuro.

¿Forzadas apuestas a futuro? A esta altura eso poco importa, ya que lo loable es haber apostado a ellos, más allá del incierto resultado final, que tal vez no culmine en un ascenso, como lo pide la popular. Y también poco importa si fueron los cuatro lesionados (Ibarlucea, Agüero, Martínez y Cobelli), más el suspendido Benítez, lo que motivó que en el choque victorioso del pasado domingo con el candidato Sarmiento en el Gigante del Norte, 12 de los 18 futbolistas de la planilla hayan sido pibes (de los cuales 5 son recursos propios del club y otros dos de la zona -Luciano Herrera y Joaquín Iturrieta-). Sin dudas es un buen augurio.

Con Zapla en Jujuy, sin hinchas albos

La dirigencia de Altos Hornos Zapla fijó a las 17 horas del próximo domingo el encuentro por la quinta fecha entre el entonado merengue (venció a San Martín en su complicado reducto formoseño) y el albo, que también quiere ratificar su envión en el centro siderúrgico de Palpalá. Por fin el DT Riggio tendrá una semana para regenerar a su extensa lista de lesionados.