Personal de Tránsito de la Municipalidad de Metán avanzaba en la tarde de ayer en la realización de un inventario de las motocicletas secuestradas en diferentes operativos de control, ante las sospechas de que existan faltantes, luego de la escandalosa y polémica denuncia radicada por el director del área, Germán Maurell.

La medida interna y de carácter administrativo fue dispuesta por Carlos Camino, quien está reemplazando en forma interina a Maurell, porque luego de la presentación realizada en la Comisaría 30 salió de licencia.

En septiembre pasado el grave hecho de corrupción que involucra a Tránsito de la Municipalidad fue denunciado por el propio Maurell, quien aseguró que una moto secuestrada fue sacada de un depósito municipal y luego vendida a un vecino de la localidad.

Ante la gravedad de los hechos la Fiscalía Penal 2 de Metán dispuso la detención de un inspector de Tránsito, identificado por la Policía como Jonathan Gramajo, de 27 años, quien quedó imputado, provisionalmente, por la supuesta comisión de los delitos de defraudación y hurto, en perjuicio de la Municipalidad de San José de Metán; y estelionato, en perjuicio del sargento de la Policía de la Provincia, Eduardo Omar Mansilla, quien es el titular de la moto robada.

Lo que llama la atención es que Gramajo sea, por ahora, el único imputado en la causa. En la Fiscalía Penal 2 vienen interviniendo fiscales auxiliares u otros fiscales del sur provincial, debido a que el cargo está vacante y actualmente se está concursando, lo que provoca demoras en el proceso.

Lo que complicó la situación del inspector de Tránsito es la declaración de Juan Manuel Perelló, quien en la causa declaró que el "Chino" -como apodan a Gramajo- le había vendido la moto y que le dijo que luego le iba a entregar un boleto de compra-venta, realizado por la dueña, directamente. Perelló dijo que conoce al inspector porque siempre lo veía dirigiendo el tránsito en la zona de la escuela Belgrano. Aseguró que le entregó $4.000 y que el total de la compra era de $7.000, por lo que luego le iba a dar los otros $3.000, con la entrega de papeles.

No denunció el robo

En medio de los delitos e irregularidades administrativas que se cometieron, el policía Mansilla nunca radicó la denuncia del robo de la moto que le habían secuestrado a su hija en un control de Tránsito, por lo que luego fue a parar a un depósito municipal.

En cambio, el efectivo recibió una nueva, de las mismas características. En ese sentido, el contador de la Municipalidad, Martín Pulita, en su declaración en la Fiscalía destacó que es amigo del policía Mansilla y que ante la desaparición de su rodado, realizó la compra de la moto en un comercio de Metán. Pero aclaró que fue pagada con dinero de la cuenta personal del secretario de Gobierno, Javier Reynoso, y que luego fue entregada a la hija del efectivo.

Pulita dijo que están profundizando las investigaciones y recordó que meses atrás, cuando el depósito de motos se encontraba en un galpón ubicado en la zona conocida como "La Guarapería", habían ingresado a robar, por lo que la Municipalidad hizo la denuncia correspondiente. Por eso actualmente el depósito se encuentra en un galpón alquilado, que está sobre la calle Lavalle, casi al frente de la sede de la Comisaría 30 de la Policía y de las oficinas de Tránsito de la Municipalidad.

Maurell en la denuncia detalló que el 4 de diciembre del año pasado, dando cumplimiento a la ordenanza 3131/09, fueron retenidas nueve motocicletas en un control realizado en el centro de la ciudad.

El robo, la denuncia y el escándalo

Tras el secuestro los rodados fueron colocados en un depósito ubicado en la calle Lavalle 90.
El director de Tránsito, según consta en la denuncia, dijo que en esa oportunidad se procedió a labrar un acta de infracción a la hija de un policía, que circulaba sin casco de protección, por lo que se le retuvo una moto marca Corven, de 70 centímetros cúbicos, color rojo, cuyo titular es el efectivo.
El ciclomotor debía permanecer en el depósito hasta que su propietario abonara la multa correspondiente, luego de presentar la documentación, para finalmente poder recuperarla. Pero inspectores de Tránsito advirtieron que la moto en cuestión no estaba en ese lugar, ni tampoco en otro espacio que era ocupado por la Municipalidad para guardar los rodados secuestrados en los procedimientos.
Maurell dijo que determinó que el ciclomotor había sido sustraído, que eso perjudicaba su gestión y ponía en tela de juicio a la Municipalidad de Metán. Luego el policía, propietario de la moto desaparecida, insistió en pagar la multa para retirar el vehículo de su propiedad, por lo que tuvieron que informarle que había sido robada. Tiempo después el vehículo pudo se recuperado, desencadenando el escándalo.