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Dante comparte con sus hijos, Alejandro, Marcelo, Tomás y Victoria, la pasión por el arbitraje en el Valle de Lerma.
15 DE Febrero 2019 - 00:39
En el Valle de Lerma, la familia Cayo vive la semana con tranquilidad, con las obligaciones del día.
Dante, el padre de la familia, tiene 43 años y es Policía, sus hijos Alejandro (18), Marcelo (16) y Tomás (15), estudian en la Escuela Técnica Nº 2 Alberto Einstein, mientras que Victoria, de 10 años, va a la primaria en una escuela de Cerrillos.
Esa es su vida de lunes a viernes, pero los fines de semana, arranca la pasión de ellos en un campo de juego, no como jugadores sino como árbitros.
El sueño frustrado de Dante hizo que en el 2014 y a los 39 años se decidiera a realizar el curso de árbitro en la Liga del Valle.
“Desde joven quería ser árbitro, un día me cruzó con un árbitro retirado del Valle de Lerma y le pregunté cuando arrancaban los cursos. Mañana, me respondió, fui a verla a Raquel Gerón (secretaria de la Liga del Valle) y en ese momento estaba Oscar Burgos Gallo de presidente”, recordó Dante Cayo, quien comentó cómo iniciaron el curso junto a sus hijos: “Pedían cinco personas para arrancar el curso. Fue un compañero mío de la Policía y ya éramos dos, nos faltaban tres y decidí llevar a mis tres hijos al curso en el año 2014”.
Carlos Lillicrap fue el instructor nacional que preparó a los Cayo. “Será un duro desafío”, recordó que le dijo Lillicrap a los Cayo.
“Nos recibimos ese año, en diciembre, como árbitros provinciales. Debutamos los cuatro, el 29 de mayo de 2015 en la Liga Amateur Regional del Valle de Lerma. Alejandro, fue el árbitro principal, Marcelo y Tomás los líneas y yo estuve como veedor. Incluso mi mujer, Ana Laura Carrizo, se había recibido de enfermera, estuvo presente”, comentó Dante Cayo.
“Eran errores al principio por el motivo de llevar la práctica al campo de juego pero luego fuimos mejorando”, remarcó Alejandro, el mayor de los herma nos.
En 2016, a los 16 años, Alejandro debutó como asistente en la Primera de la Liga del Valle, en el partido entre Massalín y Celasco y Chicoana. De ahí no paró y en 2017 salió designado por el Consejo Federal como asistente para el Torneo Nacional Sub-15 que se disputó en General Güemes. Ese mismo año debutó como árbitro de inferiores, incluso en el 2018 estuvo como cuarto árbitro en la final de ida de La Merced vs. Olimpia Oriental.
En 2018 Marcelo (16) empezó a hacer de asistente en las inferiores de la Liga del Valle.
Como familia, juntos dirigieron el Torneo de Los Gauchitos, con la particularidad que todos estuvieron en una misma cancha.
“Los viernes los chicos ya preparan los bolsos, muchas veces dejan las fiestas de 15. Los sábados se levantan a la siete de la mañana para ir a dirigir. No tienen malos hábitos y son muy disciplinados”, sostuvo el padre de los chicos.
Tomas, de 15 años, dirige en la Liga Rural de Cerrillos y Victoria (10) hizo dos veces de línea en torneos menores.
Los Cayo también dirigieron en la Asociación de Veteranos de Salta, la Liga Rural del Valle de Lerma y el Torneo Confraternidad.
Ya fueron árbitros en Coronel Moldes, Campo Quijano, Rosario de Lerma, Cerrillos y San Antonio de los Cobres.
“Al principio no nos animábamos a dirigir, cuando cobrás algo se te vienen todos encima, e incluso hasta esas situaciones también tenemos que manejar pese a nuestra corta edad, contra jugadores más grandes”, expresó Marcelo.
“Vamos a ir ganando experiencia para poder seguir perfeccionándonos. En la mesa de casa, cuando nos juntamos a cenar, nos corregimos los errores y hablamos de los partidos que nos tocó dirigir. Si Dios quiere y si me autoriza la Liga del Valle quiero hacer los cursos de capacitación”, se ilusionó Alejandro, el mayor de los hermanos, que sueña con llevar a lo más alto el apellido Ca yo.