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Roggio (de espaldas) se tira de palomita en una acción ofensiva de Gimnasia. Javier Corbalán
El cordobés tuvo su gran oportunidad frente a Crucero ante el flojo presente de los “9” y no falló. No quiere pensar en el descenso y sueña con jugar el clásico.
19 DE Febrero 2019 - 02:31
Enzo Roggio llegó a Gimnasia y Tiro a comienzos de año con una consideración incluso menor a la de un refuerzo. Más bien, arribó como una apuesta a futuro, junto a Gabriel Pusula (hoy también parte del equipo titular), a Lucas Medina y los declarados luego prescindibles, Dylan Leiva y Federico González. Pisó la Vicente López de la mano de Víctor Riggio y recibió en esta nueva etapa la confianza del ahora entrenador del albo, Daniel Ramasco, en un momento complicado.
Por el flojo momento de los delanteros, sobre todo de Diego Martínez, y tras la salida a comienzos de año de Juan Manuel Cobelli, el estratega millonario no dudó en darle la “9” a este joven ascendente y la decisión, a menos a corto plazo, terminó siendo un acierto. Enzo fue el autor del gol del triunfo fundamental de Gimnasia ante Crucero del Norte el pasado domingo en el Gigante del Norte, resultado que le permite al albo alejarse y quedar a cuatro puntos del hipotético último descendido, quedando más aliviado de cara al clásico del domingo con Juventud Antoniana.
En diálogo con El Tribuno, Roggio expresó las sensaciones de su primer partido como titular en el Gigante.
“El partido en Formosa fue un cachetazo para nosotros, pero la victoria en casa nos levantó muchísimo, nos mejoró la cabeza, fue un golpe anímico importante para llegar muy bien al clásico. Sabíamos que iba a ser un partido duro porque Crucero siempre nos hizo partidos. Sabíamos que teníamos que ganarlo como sea y lo supimos manejar”, expresó el delantero que hizo todas sus inferiores en Belgrano de Córdoba, para luego referirse al espaldarazo anímico de esta victoria. “Suma bastante en la tabla y en nuestros ánimos. Es un alivio. A pesar de que aún nos quedan cinco partidos más, son todas finales. Ahora se viene Juventud, que es un partido aparte, donde se juega mucho lo emocional, y encima la permanencia. Habrá que estar pendientes del mínimo error del rival porque estos partidos se definen así. Ganarle a Crucero nos sirvió para llegar muy bien al partido con Juventud”, consideró.
“Ahora estamos pensando en la clasificación y no en el descenso, aunque sabemos que la pelea de abajo también es una realidad. Sería hermoso ganarles a Juventud y a Zapla en Jujuy para no llegar a esa instancia al final, no me imagino peleando la permanencia en la última fecha con Juventud en nuestra cancha”, proyectó.
“No me imaginaba esta chance cuando llegué. Le agradezco la confianza al técnico por haber creído en mi, por los minutos necesarios”. En cuanto al grupo, ponderó: “lo veo bien al equipo, levantando la cabeza en las adversidades, unido. Después de lo de Formosa demostramos ser un grupo fuerte”, finalizó.