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Entrevista al intendente Juan Angel Pérez, intendente de La Merced.
17 DE Marzo 2019 - 07:41
Merma de coparticipaciones, baja recaudación, suspensión de obras, aumentos salariales, suba de costos operativos y las crecientes necesidades de los sectores más vulnerables que requieren de una acción social aún más profunda, constituyen un cóctel que genera preocupación en gran parte de los municipios salteños. Sobre estos temas y las alternativas para enfrentar la crisis dialogó con El Tribuno el intendente Juan Angel Pérez, quien afirmó que “no hay lugar para improvisados ni improvisaciones”.
Frente a un contexto económico complejo, ¿cómo enfrentarán este año los costos laborales?
Como siempre se harán grandes esfuerzos, pero este año en particular la situación es crítica. Prácticamente las coparticipaciones de los municipios hasta ahora alcanzaban para hacer frente al pago de sueldos y en el mejor de los casos para movilizar el parque automotor, destinado a la prestación de servicios, pero los costos han subido muchísimo y las recaudaciones caen en la mayoría de los casos. Esto es algo que lo vienen resaltando muchos intendentes del interior y que hoy manifiestan una gran preocupación. El municipio es como un padre de familia al que el sueldo no le alcanza, pero a la vez tiene mayores gastos. Somos conscientes de las necesidades de los trabajadores que sufren los embates de la inflación día a día, pero a la vez sabemos que los recursos son limitados. Esta situación requiere de un abordaje maduro y responsable de todos los sectores.
Se habla a nivel provincial de suspensión de obras. ¿Qué consecuencias tendrá en los municipios?
Hay obras imprescindibles, por ejemplo en el Valle de Lerma. El tema de las inundaciones, que es de público conocimiento y que afecta a varios municipios de la región, requiere que trabajamos en un principio con canalizaciones que al menos ayuden a menguar el desastre que hicieron los anegamientos este verano, hasta tanto se trabaje sobre un proyecto integral en el que tendrán que intervenir como actores principales los gobiernos de Nación y Provincia. Las obras que hacen a infraestructura no pueden quedar inconclusas u olvidadas, hay que trabajar sobre la red de caminos rurales y en los barrios, para garantizar la transitabilidad. A esto se suma, como todos saben, que la obra pública es el motor de nuestras pequeñas economías, paralizarlas significa profundizar el desempleo y la recesión. No queremos que se aplique la teoría de la frazada corta, que cuando nos tapamos la cabeza nos destapamos los pies. En las localidades pequeñas y medianas es donde más se percibe. La gente no puede cumplir como lo venía haciendo con el pago de impuestos, por lo que la recaudación cae fuertemente. Lo único que esperamos y pedimos es que el nivel de obras no decaiga, porque las necesidades de la gente no pueden esperar.
"No queremos que se aplique la teoría de la frazada corta, que cuando nos tapamos la cabeza nos destapamos los pies"
¿Cómo ve el panorama en el mediano plazo?
Muy complicado. La gente más que nunca tiene que entender que no hay lugar para improvisados ni improvisaciones, porque las consecuencias pueden ser aún más graves y hay puntos de los que no se puede volver atrás. Tengamos en cuenta que desde el próximo año el país tiene que comenzar a pagar todos los créditos que tomó a nivel internacional, eso va a tener un costo enorme en la economía nacional y por ende en la provincial y ni qué hablar en los municipios. Aquí el que no sepa administrar quiebra y las consecuencias la paga el vecino, lamentablemente. Todos los días recibo llamadas de los intendentes con quienes compartimos la misma preocupación y con quienes analizamos las diferentes alternativas para enfrentar esta crisis, para que los costos de la misma no sigan recayendo en la comunidad. La situación de los municipios es insostenible ya en todos se ha registrado una notable crecimiento poblacional y urbano, por lo que las demandas aumentan pero los ingresos decrecen.
¿Cambiaron las prioridades?
Totalmente. Si bien sigue siendo para los municipios la obra pública y los servicios el principal motor de la economía local, hoy se presenta un cambio de paradigma. La gente hace fila todos los días en las municipalidades pidiendo asistencia para superar el día a día. El vecino no tiene para comprar comida, ni tampoco remedios. Las cosas han cambiado mucho y nuestra mirada también debe hacer un giro. La mayor parte de los ingresos familiares de los trabajadores, ni qué hablar de los jubilados se va en pagar la luz, el gas, el transporte, es decir los servicios que están por las nubes. Poco y nada le queda para cubrir las necesidades alimentarias y sanitarias del hogar. En eso tratamos de estar presentes. Pero en este sentido quiero aclarar que las municipalidades solas no pueden enfrentar semejante crisis, aquí nos tenemos que unir todos los sectores. Hace falta el protagonismo de los legisladores y de todas las instituciones del medio. Hay que apelar a un trabajo conjunto, coordinado y sin mezquindades. Que la necesidad de la gente no sea aprovechada por los sectores opositores, porque eso es una bajeza. No se puede especular ni sacar provecho de los malos momentos que pasan los vecinos, la comunidad ni las instituciones, porque todos formamos parte de alguna manera de ellas.