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A pesar de los traspiés iniciales en el Super Rugby la franquicia se afianzó y quedó a un paso del título.
8 DE Julio 2019 - 01:57
El impacto que resultó la final de Jaguares en el Super Rugby, más allá del resultado adverso ante el poderío de Crusaders de Nueva Zelanda, posicionó al rugby argentino en un lugar por el cual viene trabajando desde hace tiempo, apostando a conciencia por un proyecto firme con objetivos claro.
Cuando la Unión Argentina de Rugby (UAR) decidió incursionar en el Super Rugby con la intención de potenciar a los jugadores argentinos, su idea era profesionalizar un equipo del país, pero además con el paso siguiente que era potenciar a la Selección, Los Pumas.
El trabajo fue sinuoso, incluso hasta se llegó a pensar por momentos que parecía una tarea ciclópea, con demasiados contratiempos y pocos resultados efectivos. ¿Por qué? Quienes no jugaran en Jaguares, no iban a poder ser convocados a Los Pumas.
En un principio Raúl “Aspirina” Pérez se hizo cargo del equipo, durante dos temporadas, y los resultados fueron más adversos que positivos. Pero claro, había que adaptarse a una competencia contra los mejores equipos del Hemisferio Sur.
Dos temporadas de Pérez al frente del plantel permitieron ir consolidando un grupo. El año pasado el que se hizo cargo del equipo fue Mario Ledesma, con vasta experiencia en el rugby australiano y quien trajo otra manera de trabajar y tras una temporada impresionante, pudo clasificar a Jaguares a los play-offs.
Sin embargo, luego que Daniel Hourcade dejó la conducción técnica de Los Pumas, la UAR colocó a Ledesma en la Selección y Gonzalo Quesada asumió en Jaguares.
El 2019 dejó a la franquicia casi con la obligación de superar el resultado deportivo 2018 y vaya si lo logró, dado que consiguió acceder a la final, pero además colocó al rugby argentino en el ojo del mundo, que ya había descollado en los mundiales, como en 2007 y 2015, pero que no contaba con competencia de equipos.
El proceso para la final no tuvo solo cuatro temporadas en el Super Rugby, sino que antes estuvo la Vodafom Cup en Sudáfrica, que jugaron los Pampas. Luego los rugbiers argentinos ganaron dos veces la Pacific Cup de Australia.
Tras eso llegó el desembarco en el Super Rugby, que vendría a hacer una competencia mucho más dura que la Champions de Europa, por los viajes y la logística, además del juego.
Nadie puede presagiar que Los Pumas jugarán un rugby mejor o ganarán el Rugby Championship o el Mundial de Japón 2019, pero el camino elegido da sus frutos y parece ser el correcto.
“Proceso largo, lento y difícil”
Agustín Pichot fue uno de los artífices de la llegada de Jaguares al Super Rugby. El excapitán de Los Pumas se refirió al progreso del equipo y los resultados que obtuvo en la reciente temporada.
“Fue un proceso largo, lento y difícil. Lo desafiante de un largo plazo es que no estás seguro adónde vas a llegar. Podés tener determinación, constancia, pero no hay garantías de llegar. Vas a perder mucho. Pero vos querés ganar. El método se discute y se duda”, reflexionó Agustín Pichot, actualmente vicepresidente de la World Rugby e integrante de la Sanzaar.
El excapitán de Los Pumas indicó que el llegar a la final en el Super Rugby fue un proceso que demandó ocho años, y más allá de todo sostuvo que “es muy de argentino decir esto no sirve y echar a los técnicos”.
“Tenés que tratar de mirar las cosas buenas también. Hay que rescatar lo bueno, porque sino vivís siempre en el caos, en la anarquía. Construís y rompés. Así no se logra identidad”, sostuvo.