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Le dio imagen a un disco, trabajó con Los Piojos y Las Pelotas; también en el mítico Arpegios y Stadium, donde tocaron Los Redondos. Hoy es técnico de Ciro y Los Persas y Las Pastillas del Abuelo. Una vida atrás de la consola, detallada a El Tribuno.
1 DE Noviembre 2020 - 21:31
Su modestia lo lleva a decir que es como el hombre de traje que observa cruzar a lo lejos -y junto a una patrulla de la policía-, a The Beatles por Abbey Road. Es decir, alguien que tuvo la suerte de estar en el lugar indicado casi sin quererlo. Pero su figura no aparece de casualidad en un álbum, sino que es la portada de Verde Paisaje del Infierno, uno de los emblemáticos discos de Los Piojos que días atrás cumplió 20 años. Es Oscar Sofio, “Osky” para el ambiente del rock nacional, aunque su sobrenombre no coincida con su gran porte físico.
Osky Sofio tiene 50 años y es uno de los hombres que le puso –y pone- sonido al rock argentino. Su primer trabajo fue en el mítico “Arpegios”, una sala de San Telmo donde pasaron bandas de renombre como Divididos, Caballeros de la Quema, Los Piojos, Bersuit y Menphis La Blusera, entre otros. Su currículum dirá que también realizó tareas en el King Kong Stadium, donde Patricio Rey y Sus Redonditos de Ricota planearon diez “comuniones”, pero “por disturbios afuera debió suspenderse tras el tercer show”, cuenta.
Timmy Mackern, amigo personal de Luca Prodan y manager de Las Pelotas lo llevó a trabajar a Silly Sound hasta que en 1993 “por amistad y buena onda”, pasó a ser parte del staff de una banda que de a poco empezaba a crecer: Los Piojos. Hoy, casi 30 años después de su primer trabajo, es técnico en sonido en Ciro y Los Persas y Las Pastillas del Abuelo. A causa de la pandemia y aburrimiento por escasez laboral, en sus tiempos libres sube tutoriales de sonido a Youtube.
Sin saber lo que le depararía el destino, un año después de terminar el colegio secundario llegó su primera oferta laboral, la que le marcó el camino para siempre. “Pablo y Cristina, que eran amigos de la infancia de mi familia, me ofrecieron trabajar en Arpegios que había sido un teatro y había que condicionarlo para que toquen bandas. Y ahí hice de todo, desde comprar bebidas hasta cortar el escenario que ocupaba gran parte de la sala”, dice a El Tribuno desde Buenos Aires, en plena pandemia.
Además del escenario, del viejo teatro quedó una pequeña consola y Osky comenzó a dar sus primeros pasos como sonidista.
“Luego entró una empresa que puso su sonido. Era de Timmy Mackern de Las Pelotas. Él me enseñaba el manejo y yo iba estudiando. Ahí fue mi primera capacitación en su empresa Silly Sound donde trabajamos con La Renga y otros grandes artistas”.
“Trabajé con Las Pelotas y para mí fue sueño cumplido porque es una de las bandas que se desprendió de Sumo. Además fui aprendiendo mucho con ellos. Estoy eternamente agradecido”.
Tiempo después le llegó la propuesta de trabajar con Los Piojos, una banda que en ese entonces convocaba entre 200 y 300 personas. “No elegí trabajar con Los Piojos porque fui visionario. Lo hice porque tenía afinidad, eran pibes de mi edad y ahí empieza a darse esa comunión. Yo tenía 23 años y quería laburar de eso, irme de gira con amigos”, repasa.
Sin saberlo, él comenzó a escribir su propia historia en una banda que años más tarde se convertiría en una de las más importantes de la historia del rock local. “Nadie sabe lo que va a suceder. Si hay una banda que yo hubiera apostado que llegaría lejos en ese momento hubiese sido Caballeros de la Quema que tenía más convocatoria que Los Piojos. Tenía un líder ‘bonito’ y carismático, sus canciones pegaban, pero finalmente ellos se separaron antes y Los Piojos de principio a fin fue una banda ascendente, aunque muy de a poco. Otra de las bandas a la que me jugaba todo que llegaría lejos era una que se llama ‘Averiados’. El cantante era sobrino del Indio (Solari) y hoy, sin embargo, quizás los conocí yo nomás”, agrega.
Sobre el crecimiento de Los Piojos, Osky repasa cronológicamente la convocatoria en aumento. “Durante muchos años tocaron en Arpegios y no lo llenaban al lugar. Luego lograron meter 700 personas y fue una fiesta. Después pasaron a hacer dos, tres, se mudaron a La Trastienda, Dr. Jeckyll y llegó Obras (en 1996)”.
Para el año 2.000 Los Piojos ya era una banda consagrada y comenzaba a transitar la segunda mitad de su vida. El sexto disco “Verde Paisaje del Infierno” salió a la calle el 27 de octubre y en la portada del álbum aparece un Lucifer de gran tamaño rodeado de edificios. Es Osky, quien a partir de entonces empezó a estar en remeras, mochilas, banderas y hasta tatuajes de los fanáticos.
“En ningún momento sentí vínculo artístico y no me hago cargo de nada de lo que sucedió. Simplemente estuve ahí como pudo haber sido otra persona como el hombre que aparece de fondo en Abbey Road de The Beatles. Entiendo el cariño de la gente que te escribe, saluda, soy un agradecido de que gracias a esa situación me invitan a participar en las fechas importantes como esta, pero no me hago cargo de nada vinculado a lo artístico de Los Piojos”.
Verde Paisaje del Infierno no fue un disco más. No solo para el sonidista que pasó a ser la imagen de su portada, sino que además la banda tuvo el cambio de bateristas (se fue Daniel Buira e ingresó Sebastián Cardero) y Los Piojos presentaron su CD en gran parte de la Argentina.
El 4 de agosto de 2001 se presentaron por primera vez en el Centro Policial Sargento Suárez de Salta, un día histórico para el rock argentino porque a 900 kilómetros, en el Chateau Carreras de Córdoba, esa misma noche tocó por última vez Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.
“A partir de la segunda mitad de su vida, Los Piojos llevaron sus shows a toda la Argentina. Eran conciertos bien producidos con una gran puesta. La idea era llevar los shows de Buenos Aires al interior. En ese aspecto, la banda trabajó como ninguna otra desde el primer día”.
En 2006, mientras Los Piojos se preparaban para producir “Civilización”, su último disco, Osky comenzó a trabajar paralelamente con Las Pastillas del Abuelo. “Durante mucho tiempo hice un trabajo por duplicado. En la época de Los Piojos también trabajé con El Otro Yo, Las Pastillas o con MAM, la banda de Omar Mollo. Hoy estoy con Ciro y Los Persas (la banda de Andrés Ciro Martínez, cantante de Los Piojos) y Las Pastillas del Abuelo. Y ahora me enganché subiendo videos en mi canal de Youtube sobre tutoriales de sonido para que le sirva a alguien. Y para pasar el tiempo”.
Trabajó para las bandas más convocantes del país, hoy se aboca a la docencia desde las redes, aunque para muchos es simplemente el hombre-diablo que hace 20 años sonríe como en una premonición de la crisis del año siguiente, en un Verde Paisaje del Infierno.