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La Quinta Operacional de Fisherton
Un hombre secuestrado durante la última dictadura cívico militar en Rosario declaró hoy por primera vez, a 44 años de haber sido secuestrado, en un juicio oral y público por delitos de lesa humanidad, y afirmó que lo hizo “por la memoria de los muertos sin juzgar”, luego de enterarse que en el centro clandestino donde estuvo “murieron 29 personas”.
4 DE Noviembre 2020 - 17:12
Un hombre secuestrado durante la última dictadura cívico militar en Rosario declaró hoy por primera vez, a 44 años de haber sido secuestrado, en un juicio oral y público por delitos de lesa humanidad, y afirmó que lo hizo “por la memoria de los muertos sin juzgar”, luego de enterarse que en el centro clandestino donde estuvo “murieron 29 personas”.
En el proceso oral están acusados tres exmiembros de la delegación Rosario de la Policía Federal Argentina y un integrante de la Inteligencia del Ejército.
“Esto lo tenía guardado, no hablaba, no decía nada”, contó Guibes hoy al tribunal sobre su imposibilidad de relatar durante cuatro décadas su secuestro y las torturas que padeció en su cautiverio.
“Con el tiempo, me entero que ahí (por uno de los centros clandestinos donde estuvo) murieron 29 personas”, indicó, para agregar que tras 44 años de silencio decidió prestar testimonio “por la memoria de los muertos sin juzgar”.
“Creo que actué bien, tengo la conciencia tranquila”, explicó Guibes, quien se desempeña como empleado de mantenimiento del colegio San Bartolomé de Rosario.
El secuestro
Según relató, fue secuestrado de su casa el 10 de octubre de 1976 delante de su padre y de su hermana por una patota de civil que le preguntaba por una persona que no conocía.
Entonces tenía 19 años “y no militaba, ni un poster tenía”, dijo hoy.
Relató que los intrusos lo buscaron en la cama y “cuando me quise levantar me bajaron a golpes”.
“Yo creía que era un robo y me dijeron, ‘no te hagás el boludo’”, testimonió Guibes ante los magistrados del TOF 2, al que también les contó que los hombres de civil “arrasaron con todo, se llevaron los electrodomésticos y la plata de la cuota que teníamos para pagar la casa”.
La sospecha de los fiscales que investigan el caso es que las fuerzas armadas buscaban a un vecino de Guibes y por “error” lo secuestraron a él.
El hombre relató que lo llevaron encapuchado en un auto, en primer lugar a una casa con sótano que cree que estaba en la ciudad, por los “ruidos” y el “movimiento”.
Guibes explicó hoy que en 2001, la escuela para la que trabaja, lo destinó al campo de deportes de la zona oeste de Rosario, donde “siempre veíamos un chalet imponente, de tejas rojas, y siempre estaba ocupado por Gendarmería”.
El lugar de cautiverio
Un día “le pregunté a un compañero y me dijo ‘según dicen ahí tenían gente presa hace mucho tiempo’. Pensé, pero no le di tanta importancia”, remarcó.
Agregó que Gendarmería dejó el chalet, que fue ocupado, y en 2015 el predio fue adquirido por el colegio que lo emplea, por lo que junto a otros compañeros tuvo que ir a acondicionarlo.
En 2016 el sobreviviente se cruzó con un grupo de antropólogos forenses que buscaban pruebas entre los escombros de la “Quinta Operacional de Fisherton”, que estaba siendo demolida, y les contó su historia.
Uno de ellos lo convenció que, más de cuatro décadas después, era importante que prestara declaración porque hasta entonces se conocía un solo sobreviviente de ese centro clandestino, Fernando Brarda.
Finalmente, Guibes testimonió hoy por primera vez en un juicio los padecimientos que sufrió en 1976.