La salteña Gabriela Camaño, quien fue asistente de Diego Maradona en los Emiratos Árabes, podría declarar en la causa por la que se investiga su muerte.

"Diego vivió una vida plena y feliz durante los años que estuvo en Dubai. Entrenaba, su alimentación era equilibrada, estaba enfocado en el deporte y alejado de las drogas", dijo la metanense Gabriela Camaño, quien fue desde fines de 2014 hasta el 2018 su chef y asistente personal.

"Yo comencé cocinando comidas argentinas para Diego, con él entablamos una hermosa amistad. Lo que más le gustaba era el puchero con papa hervida y estofado de pollo. Me decía que yo no estaba con él por ser la mejor chef del mundo, sino porque desde el día que llegué a los Emiratos Árabes, a su casa, me miró a los ojos y me dijo que podía confiar en mí", relató Camaño en un diálogo exclusivo con El Tribuno.

Gabriela es maestra, traductora de inglés, cosmiatra y chef. "A los quince días, por pedido de él mismo, ya era su asistente personal. Me ocupaba de su ropa, su agenda, sus actividades, las compras y el trato con sus empleados en la casa, que era una mansión enorme. La villa, como le dicen allá, tenía seis habitaciones, nueve baños, una gimnasio, pileta de natación con salida al mar y a una playa privada", contó.

Es posible que Gabriela Camaño declare en Argentina en la causa por la muerte del ídolo futbolista. "Cuando llegó la noticia a Dubai de la muerte de Maradona yo estaba trabajando, no lo podía creer, no lo aceptaba, a pesar de que temía que llegara ese momento. Diego se había ido en el 2018 y yo ya estaba trabajando en una empresa. Recordé todo lo vivido junto a él. Fue una persona excelente y muy respetuosa conmigo en todo sentido", sostuvo.

"Recuerdo que en el 2017 pasamos Navidad y Año Nuevo con toda su familia en Buenos Aires. Conozco a todos sus hijos y a sus hermanas. Lo extraño muchísimo, nos quedó una charla pendiente que ya no podrá ser. Sigo lamentando desde lo más profundo de mi corazón su partida", destacó.

"A mí me sacaron del lado de Diego, todos los años que lo estuve asistiendo, en general, su vida fue ordenada y sistemática. Por eso su muerte me sorprendió", dijo Gabriela.

La salteña contó que cuando se enteró de que la salud de Diego se estaba deteriorando, reaccionó de inmediato. "Me comuniqué con gente de su entorno y con una de sus hermanas y no recibí ninguna respuesta. Me quise poner a disposición para viajar de inmediato a la Argentina para asistirlo nuevamente, pero me ignoraron", se lamentó.

Gabriela en Dubai se encargaba hasta de la salud del "10". "Yo lo acompañé al médico en varias oportunidades, le daba su medicación y estaba controlado, pero luego me sacaron de su lado".

"Diego me contó toda su vida, sus secretos más íntimos, sus sueños, entre los que estaba primero tener a todos sus hijos sentados en su mesa. Hay una anécdota que me marcó mucho y comprendí que no solamente fue el mejor jugador del mundo... La gente lo llamaba Dios, pero para él el verdadero Dios estaba en el cielo", destacó la salteña. "Recuerdo que tenía en su mesa de luz una Biblia pequeña, color gris, que le regaló un amigo colombiano. La tenía abierta en el salmo 90 y jamás me voy a olvidar de eso. Una noche entré a su habitación con un café y él, uno de los hombres más famosos del mundo, estaba de rodillas, con sus manos juntas, buscando la ayuda de Dios... orando y llorando. Me dijo: "Gabriela, yo quiero ser feliz, no quiero nada de lo que tengo'", relató la mujer.