Acceso web El Tribuno:
www.eltribuno.com
Contacto:
Editor: Pablo Juarez
E-mail: pjuarez@eltribuno.com.ar
Teléfono: +54 387 4246200
Por cualquier consulta administrativa o referida al sitio, puede escribirnos a: contactoweb@eltribuno.com.ar
Director: Sergio Romero
Telefono: +54 0810 888 2582
Razón Social: Horizontes On Line SA.
Registro de propiedad intelectual: 69686832Domicilio: Av. Ex. Combatientes de Malvinas 3890 - CP (A4412BYA) Salta, Argentina.
Ramón Hormiga Quiroga, otra de las esperanzas salteñas en los Juegos Olímpicos de Tokio.
Ramón Hormiga Quiroga pasó por muchas cosas en su vida y hoy busca quedar en lo más alto del deporte argentino.
23 DE Julio 2021 - 02:23
Ramón "Hormiga" Quiroga hará historia al competir en los Juegos Olímpicos de Tokio, pero detrás del boxeador hay una historia que contar, una familia humilde, momentos clave en su vida, la aparición de la droga y la fuerza de voluntad para apostar por el boxeo como una salida a los excesos.
Antes de cumplir 14 años Ramón era un joven más de un barrio humilde de Orán que pensaba en el día a día, sin mucho más futuro que eso. "Lo que hacía era juntarme en la esquina con la vagancia", dijo el salteño tratando de resumir aquellos años, donde no había un leve indicio sobre lo que le iba a tocar vivir años después. Por suerte tuvo a alguien que le pudo mostrar otro camino y hoy vive el satisfactorio momento de estar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021.
El oranense clasificó a la mayor cita del deporte mundial gracias a su ubicación en el ranking del Comité Olímpico Internacional en la categoría de 52 kilos. Es el sueño que comenzó a palpar desde aquella vez que su hermano Gabriel lo sacó de esa "esquina con la vagancia" para llevarlo a un gimnasio, donde comenzaron a presentarse oportunidades que construyeron su carrera.
A los 23 años, Ramón es uno de los mejores púgiles amateurs del país y desde hace varios años integra el seleccionado argentino de boxeo. Señaló que sin el boxeo su vida "iba a ser diferente. Uno va aprendiendo de sus errores, y de a poco fui viendo la realidad en ese momento, antes de comenzar con el boxeo y me doy cuenta que estaba mal".
Justamente, otra de las personas importantes en su carrera fue Juan Carlos Videla, quien llegó hace años a Orán desde Mendoza para ser el formador de Quiroga en el pugilismo.
"Ramón tenía su rebeldía, pero también era un pibe loco por el entrenamiento. Por ahí no venía, yo salía a buscarlo y lo encontré drogandose, me dijo: "No lo voy a hacer más viejo' y le dije "ya la conociste, listo, ya está', le dije que era una cagada y eso le hizo un click. Él mismo me dijo: "Yo me tengo que ir de acá'. Soy muy amigo de Pablo Chacón (exboxeador) y lo llamé para mandarlo a entrenar a Mendoza, le dije que Ramón era amateur pero que tenía unas condiciones impresionantes. Desde ahí se le puso en la cabeza ser boxeador, es un trabajo que él mismo hizo", comentó el PF Videla.
El Hormiga vivió en Orán hasta los 18 años. De su ciudad natal partió hacia Mendoza para trabajar bajo las órdenes de Pablo Chacón, excampeón mundial pluma de la Organización Mundial de Boxeo y medallista de bronce en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996. Salir de Orán fue necesario para encontrar herramientas y profesionales que pudieran potenciar su carrera en el deporte de las narices chatas.
De la mano de Chacón comenzó a ganar terreno, llegó a la Selección argentina y en 2018 obtuvo la medalla de bronce en los Juegos Odesur que se realizaron en Cochabamba. En 2019 volvió a colgarse el bronce, esta vez en los Panamericanos de Lima.
Ya en 2020 participó del certamen "Campeones del Futuro" organizado por la Asociación Mundial de Boxeo en Medellín, Colombia; ganó varios combates que servían de preparación para el Preolímpico de boxeo camino a Tokio. Antes de la realización de esa competencia apareció la pandemia con toda su fuerza, se canceló el Preolímpico y se postergaron los JJOO.
Ramón pasó a entrenar en un departamento de Pilar, Buenos Aires, donde vivió con su hermano Jesús, tenista y que llegó a ser número uno del ranking argentino en 2019. El aislamiento no le quitó las ganas y en cuanto se levantaron las restricciones volvió al ring.
En marzo de este año regresó al campo internacional compitiendo en Turquía; ganó otra medalla de bronce y se preparaba para un nuevo Preolímpico. La pandemia otra vez le dijo no al clasificatorio olímpico. Los cupos del continente se definieron por ranking y así el salteño se ganó el lugar que siempre buscó, el de representar a Orán, Salta y el país en los Juegos Olímpicos.
Peleará en un mítico estadio de sumo
La actividad del boxeo en Tokio se desarrollará del 24 de julio al 8 de agosto, en el estadio Arena Kokugikan, conocido como el Salón del Sumo (deporte nacional del Japón), y además estarán presentes dos oficiales de ring argentinos: Manuel Vilariño y Fernando Servide, árbitros y jueces internacionales de la AIBA (Asociación Internacional de Boxeo Aficionado).
En el boxeo olímpico los contrincantes llevan un protector en la cabeza, se disputan cuatro rounds de dos minutos con uno descanso, y el sistema es por eliminación directa hasta la final. Los perdedores de las semifinales no combaten por el tercer lugar del podio, ambos reciben una medalla de bronce.
El boxeo argentino quiere volver a colgarse una medalla
La última presea conseguida fue la de Pablo Chacón en Atlanta 1996.
El boxeo, el deporte que más medallas entregó al deporte argentino, llega a la cita olímpica con un plantel mínimo y escasas chances de colgarse una medalla, tras una racha negativa que lleva un cuarto de siglo desde que en los Juegos de Atlanta 1996 el mendocino Julio Pablo Chacón logró una presea de bronce compartida nada menos que con Floyd Mayweather.
Lejos, muy lejos, están los tiempos de medallas doradas en los puños de Víctor Avendaño, Arturo Rodríguez Jurado, Carmelo Robledo, Alberto Lovell, Oscar Casanovas, Rafael Iglesias y el inolvidable Pascual Pérez, único argentino en lograr un título olímpico y ser campeón mundial como pugilista rentado.
Las 7 medallas doradas, las 7 de plata y las 10 de bronce narran la historia de un boxeo olímpico que ya no existe por varios motivos, entre ellos la carencia de verdaderos formadores y la casi inexistencia de plazas fuertes en el interior, semillero inagotable del pugilismo de paga, como también lo fueron los clubes de barrio.
Las chances de medallas en Tokio son mínimas por falta de competencia, aunque el salteño Quiroga, pupilo de Chacón, pudo participar de un torneo preparatorio en Estambul, cayendo en semifinales.
Dependerá mucho entonces del calibre de los adversarios que tocarán en el sorteo para que las cinco esperanzas argentinas accedan a las instancias finales.
Como positivo en la preparación hay que mencionar que se realizaron cuatro concentraciones, en la última participó Yésica Bopp, campeona minimosca AMB, quien quedó sin chances de viajar al cancelarse el Preolímpico.