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El británico Tom Daley y la estadounidense Raven Saunders son parte de la comunidad LGBT que compitieron recientemente en Tokio 2020.
11 DE Agosto 2021 - 02:19
Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 pasarán a la historia por ser, hasta el momento, la cita con mayor apertura hacia la inclusión y la visibilización de las personas que integran la comunidad LGBT. De a poco, y aún con muchas deudas por saldar, el mundo del deporte deja de ser un terreno hostil y plagado de tabúes, para convertirse en un escenario desde el cual el activismo y la lucha por la ampliación de derechos logran una mayor difusión.
La reciente cita olímpica dejó sus historias y protagonistas, que rompieron la barrera de los límites para mostrarse al mundo tal como son y llevando el mensaje inclusivo.
El clavadista británico Tom Daley, que teje un sweater en la tribuna durante la final femenina de trampolín de 3 metros, ganó la medalla de oro en plataforma 10m. sincronizado.
“Es un orgullo decir que soy gay y campeón olímpico”, confesó en contra de los prejuicios y a favor de la inclusión.
Además de nadador, Daley es un influencer del tejido a crochet. En su cuenta de Instagram (Made with love by Tom Daley), subasta sus creaciones para donar el dinero a los hogares de tránsito para jóvenes LGBT que fueron discriminados y/o echados de sus casas.
“Me siento muy empoderado porque cuando era más chico pensaba que nunca iba a ser nada ni a lograr nada por cómo era. Y ser campeón olímpico ahora solo demuestra que se puede lograr cualquier cosa”, expresó Daley en Tokio 2020, donde participan países que todavía legislan explícitamente en contra de los derechos del colectivo.
La lanzadora de peso estadounidense Raven Saunders hizo el primer gesto de protesta política que se haya visto en los Juegos de Tokio 2020. Al recibir la medalla de plata y mientras las otras ganadoras posaban para las fotos en el podio, Saunders levantó los brazos en forma de X y dijo que representaba “la intersección en donde todas las personas oprimidas se encuentran”. La joven afroestadounidense, integrante de la comunidad LGBT, había hecho público que lucha contra la depresión.
La surcoreana An San, de 20 años, ganó tres medallas de oro en Tokio 2020 en individual y en los eventos por equipos femenino y mixto del tiro con arco. Sin embargo, en lugar de destacar sus logros, en las redes sociales en Corea del Sur recibió comentarios machistas contra su corte de pelo, tildado de “feminista” y hasta le pedían devolver sus medallas.
A estas críticas, una oleada de mujeres respondió viralizando miles de fotografías de mujeres con cabello corto en respaldo a la campeona olímpica de tiro.
Los Juegos de la pandemia mostraron cambios sociales contra el sexismo y la libertad de género. Un motivo más para que marquen un precedente y queden en la historia.
Ellos fueron los mayores exponentes de un grupo de casi 200 deportistas abiertamente LGBT (sigla que comprende a lesbianas, gays, bisexuales, trans, entre otras identidades) que compitieron en Tokio 2020. La cifra triplica la cantidad que se había registrado en la edición previa de Río de Janeiro 2016. Al menos 30 países presentaron a algún atleta que “ha salido del clóset” públicamente y 34 disciplinas tuvieron esa representación.