Valentina Raposo quedó en la historia de Las Leonas. La salteña se transformó en una de las figuras sobresaliente de la Selección Argentina de hockey sobre césped, pero, además, es la segunda deportista más joven en ganar una medalla a nivel país. La primera fue una gloria de nuestra Argentina, la tenista Gabriel Sabatini. Sin duda todo un honor para la salteña.

Valentina Raposo se ganó su lugar dentro de Las Leonas gracias a su calidad de juego, pero también por su rendimiento sobresaliente y de madurez con tan solo 18 años. Con eso se ganó un lugar en el equipo del Chapa Retegui.

Según los especialista, Raposo deslumbra por su soltura, dominio y capacidad para defender, pero a ese juego le agrega su facilidad para pegarle a la bocha y ubicarla donde ella más desea. La templanza con la que juega hace pensar que es toda una “veterana” a pesar de su corta edad. Seguramente este es el puntapié inicial de muchos Juegos Olímpicos más.

Anotó un gol ante Alemania después de un córner corto, eso le valió que la Argentina, y el mundo, comience a hablar de esta talentosa salteña. Con Australia perdió una pelota que terminó en gol. Las Leonas la alentaron y le pidieron que siga jugando igual, que ese error no la condicione. Ella con una fortaleza mental extraordinaria demostró ante la India que ese “golpe” no la había bajoneado, al contrario, la fortaleció aún más.

Raposo, surgida en el club Popeye, es una de las mejores apariciones de Las Leonas y del hockey argentino de los últimos años. Valentina, además, fue la jugadora más chica de los doce seleccionados femeninos de hockey que participaron de Tokio. Todavía tiene mucho que dar. Se vuelve con la medalla de plata y con el reconocimiento de todas sus compañeras y de su entrenador el Chapa Retegui.