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Algunas de las propagandas que recorren las redes norteñas.
El intendente no autoriza los boliches, pero deja que proliferen las fiestas clandestinas. Mucha gente se quedarán sin trabajo.
23 DE Enero 2022 - 01:51
Miguel Yufra y Damián Barutti son dos empresarios de salones bailables en Colonia Santa Rosa. "Resulta que a principios de año nos obligaron a cerrar de nuevo nuestros locales por el tema de la pandemia, invocando decisiones del COE municipal. Pero luego no enteramos de que el COE local dejó de existir el año pasado y ahora solo lo integra el intendente, si se le puede llamar comité a un sola persona", dijo Yufra.
Barutti, por su parte, acotó: "Hablamos también en nombre de los tres salones de fiestas que hay habilitados en el pueblo, a los que el intendente Jorge Guerra también obligó a cerrar al iniciar enero".
De esta forma, en un pueblo donde solo se consigue trabajo en la Municipalidad o en las fincas de la zona, actualmente hay un medio centenar de personas que dependen de esos locales, tres salones de fiestas y dos boliches, y no pueden cobrar sus salarios por una decisión inconsulta del jefe comunal norteño, que no se adecua a ninguna de las disposiciones del COE provincial.
Más adelante, Yufra hizo una gravísima advertencia sobre la realidad de la "noche" norteña. "Resulta que a nosotros, que estamos legalmente establecidos, pagamos los impuestos y damos trabajo a varias personas nos obligan a permanecer cerrados. Pero al mismo tiempo proliferaron las fiestas clandestinas sin que la policía haga nada ni el supuesto COE municipal tome cartas en el asunto. Esto tiene mal olor", sugirió el comerciante.
Para refrendar los dichos de su colega, Barutti detalló que "cada fin de semana se organizan fiestas en los lugares más inadecuados, hacen propaganda por todas las redes sociales y medios locales, reparten afiches, cobran hasta $1.500 la entrada y venden toda clase de bebidas alcohólicas".
Y agregó: "Ahí, en esos lugares, no hay controles policiales, no se sabe las edades de los que asisten, no se sabe qué más pueden estar vendiendo dentro de esas casas y, por supuesto, no tributan un miserable peso a la Municipalidad".
Para concluir, los indignados comerciantes hicieron notar que también hay programado un desentierro del carnaval, del que ya se está haciendo una propaganda enorme, sin que nadie de la Municipalidad se aflija siquiera en averiguar quiénes son los organizadores, "si el local está en condiciones, si habrá medidas higiénicas o se respetará el aforo".