En las redes sociales está circulando el siguiente posteo: 
“Recomendaciones de conciencia para el Día de Reyes Magos

1) Respetá la ilusión de muchos niños, incluso si tu no crees. 

2) Usá bolsas negras en el transporte o durante el trayecto, recordá que hay muchos “ojitos”. 

3) Si vas en el transporte público y viajan “orejitas” no digas a tu acompañante o por celular: ‘Voy o vengo de comprar para Reyes Magos’.  

4) Cuidate de que los vecinitos no te vean llegar con los juguetes. 

5) Sé astuto para responder a los niños si te preguntan por qué hay tanta compra y venta de juguetes. 

6) Si tus hijos ya saben el secreto o nunca creyeron en él, pediles que tengan respeto y guarden silencio ante las creencias de los demás. No rompas corazones ni enseñes cosas que no te corresponden”. 
El Tribuno consultó a la Lic. Carina Salas, directora del Centro de Psicoterapias de Salta, acerca de la conveniencia de mantener la creencia de que los Reyes Magos responden a las cartas de los niños del mundo y, como Papá Noel en Navidad, visitan casa por casa dejando presentes a quienes se portaron bien durante el año. 

Salas respondió que existen dos conceptos importantes para analizar en esta fecha: uno es la inocencia y otro la fantasía, y si bien la leyenda de los Reyes Magos se va transmitiendo de generación en generación y forma parte de nuestro acervo cultural, contar o no contar acerca de la existencia de los Sabios de Oriente es una decisión de los adultos responsables de los cuidados parentales. “No existe una fórmula que diga que uno se lo tiene que contar de tal o cual manera a los niños, sino algunas sugerencias generales. Tiene mucho que ver la edad de los niños, por su desarrollo evolutivo y cognitivo. La psicología enseña que entre los 8 y los 11 años los chicos han adquirido una madurez cognitiva que les permiten realizar un conocimiento abstracto. Es decir, un pensamiento abstracto acerca de la realidad. Por lo tanto, pueden comprenderla de un modo diferente. Así, la comprensión que ellos han desarrollado hasta ese momento acerca de la realidad les permite entender que los Reyes Magos son los padres”, indicó. Luego señaló que muchas veces esto ya se da alrededor de los 9 años por algunos indicios aportados por algún amiguito o por algún compañerito al que alguien le contó o que pudieron verlo en las redes sociales. De allí que cuando se devela el secreto los padres desde el amor pueden develar la verdad y además calarles la diferencia que existe entre aquella fantasía y una mentira. 

“Vamos a hablar de un secreto, pero está bueno en relación a esto poder aclararles a los niños que existen buenos secretos y malos secretos y que este  no pertenece a aquel grupo de malos secretos, que de alguna manera exponen a los niños a una realidad que los vulnera; sino que los buenos secretos tienen que ver con la sorpresa, con la fantasía, con la alegría, como el secreto que uno guarda para el día del cumpleaños de alguien y está organizando una fiesta para que la otra persona se siente agasajada e importante, para que sienta que es un festejo; esos son los buenos secretos”, describió. Agregó que lo interesante del asunto es que cuando los niños saben que los Reyes Magos son los también pasan a ser cómplices y ayudantes para mantener la fantasía viva entre los más pequeños.

Con respecto a los regalos afirmó que es necesario tener en cuenta el significado que se les da. “La psicología explica que existen diferentes fuentes de motivación para generar ciertos cambios en las personas: hay una motivación que es intrínseca, propia de la persona, y otra que es extrínseca, cuando los regalos pasan a ser esos incentivos para lograr algo, basados en frases tales como: ‘Como te portaste bien, entonces vas a merecer tal o cual premio’. Y eso no es un mensaje adecuado para el desarrollo, la autoestima, la autoeficacia y el autoconcepto del niño. Tampoco son adecuados para un crecimiento emocionalmente saludable mensajes tales como: ‘Como tus padres te quieren mucho -o los abuelos o los tíos- te ofrecen este regalo, porque el regalo es independiente del amor. Si no, los niños empiezan a hacer asociaciones de que son merecedores o no en relación con los otros”, concluyó