A casi cuatro meses del anuncio sobre la obra de la nueva terminal de ómnibus en la ciudad de Salta siguen el revuelo, los consensos y las opiniones encontradas entre los vecinos de Villa María Esther.

Días pasados, el diputado del Frente de Todos Sergio Massa estuvo en la ciudad realizando anuncios y anticipó que la semana próxima la Provincia recibirá la primera transferencia del anticipo para licitar e iniciar la obra de la terminal de pasajeros que estará ubicada en la popular barriada del sur del macrocentro salteño.

Se proyecta que a la nueva obra, que fue gestionada por la Municipalidad de Salta, se pueda acceder por la Circunvalación Sudeste, por lo que el flujo de personas será impresionante.

La obra demandará una inversión de $448.914.826 y beneficiará directamente a los 650 mil habitantes de la ciudad de Salta y casi un millón de toda el área metropolitana.

Desde el municipio aseguran que esta obra llenará de vida a este sector de la ciudad, por lo que también se generarán distintos emprendimientos económicos que surgirán como consecuencia de tener la terminal en ese sector.

Muchos de los prejuiciosos comenzaron por criticar la zona sin conocerla. El Tribuno visitó a algunos vecinos y pudo encontrar diversas opiniones encontradas en cuanto al tema terminal. Lo que sí, en lo único que están todos los vecinos de acuerdo es que es un barrio seguro y que temen perder esa tranquilidad que tienen.

"Este debe ser el barrio más seguro de Salta porque acá tenemos a Caballería, la Escuela de Policía, la División Canes y hasta Policía Rural. Entonces todo el día está lleno de policías que vienen y van, por lo que nosotros estamos muy tranquilos. Además, es una zona llena de inquilinatos donde los chicos llegan a estudiar y ya se quedan", dijo una vecina del pasaje, que tiene un negocio en Francisco Velarde a 2000. La mujer ya busca fondos para invertir y ampliar su comercio desde que se conoció la noticia de la terminal.

"Desde que salieron los rumores sobre la nueva terminal ya comenzaron a abrir nuevos comercios que antes ni pensábamos tener, como son los rapipagos o las heladerías", dijo otro vecino del mismo pasaje, pero de la intersección con Las Bumbunas.

"El problema más grave que tenemos en la zona es la inundación de todas las calles y que muchas veces el agua ingresa a las casas. No sé cómo va a quedar el desnivel cuando hagan una obra grande. Acá todos los vecinos saben que las inundaciones se dan porque taparon una zanja que llamábamos Tinkunaku (no es el canal) y ahí comenzaron todos los problemas, porque cuando llueve no se puede salir de las casas", dijo un vecino del pasaje Manuel Eusebio Abdo.

La obra

La terminal se construirá atrás del predio de Caballería. De acuerdo a un estudio de relocalización, se trata de un terreno de 20 hectáreas, al tiempo que aclara que para la terminal se necesitan hasta 12 hectáreas, por lo que el resto puede ser usado como un parque.

Otra de las cosas que prevé el proyecto es la consolidación de una costanera del sector del río Arenales que va bordeando el predio.

Más pesimistas son los vecinos de la calle San Felipe y Santiago al 2000. "Nunca asfaltaron esta calle que desde hace 30 años venimos solicitando, pidiendo y exigiendo a los diversos intendentes. Primero quiero que me terminen mi calle", exigió un tallerista que vive desde siempre en esa calle.

Una comerciante de la misma calle también tiene sus dudas. "Este es un barrio muy seguro por la presencia constante de la Policía. Con la nueva terminal seguramente se irán algunas divisiones y vendrá mucha gente nueva. Sabemos cómo son las zonas de las terminales en otras ciudades y a veces yo tengo miedo sobre quiénes vendrán a poblar esta zona que es muy tranquila. Por un lado será bueno porque la terminal tendrá que tener obras para que no nos inundemos, pero tenemos esa duda sobre todo el movimiento que dará alguna inseguridad al barrio", concluyó.