Protagonista de una travesía increíble, el piloto salteño Carlos Juncosa (62) arribó esta mañana a Salta luego de haber recorrido Africa, Europa y toda América. 

Se trata de la penúltima parada, antes de su destino final, Paraguay. Fue toda una aventura a bordo de un Piper Seneca, bimotor del año 1977.

El viaje comenzó en Johannesburgo, Sudáfrica, ciudad a la que Juncosa acudió en busca de la aeronave, porque precisamente se dedica a trasladar este tipo de vehículos de un lado a otro del mundo. Su profesión, según el mismo la define, es la de “piloto ferry”. Es todo un especialista en el tema, ya que en su haber cuenta con más de 80 traslados de este tipo.

La primera parte del vuelo la hizo junto al jujeño Enrique Roca, quien acompañó a Carlos hasta Canadá. Desde alí el Gringo volvió por su cuenta hasta nuestro país, y Carlos se encontró días después con Regina, su mujer, con quien finalmente completó el viaje.

El viaje fue seguido por miles de personas en tiempo real a través de un link en el que va demarcando una trayectoria en “U” para llegar hasta Asunción, con paso previo por Salta. “La idea fue cerrar la U yendo por el Polo Norte, por la autonomía del avión”, explicó. 

Para seguir minuto a minuto al viaje podes ingresar al siguiente link: travesía de Carlos Juncosa

La travesía, solo por nombrar algunos puntos tocó Harrare, en y Zimbawe, y Tanzania, Sudán y desde el aire atravesó los cielos del Desierto de Sahara, El Cairo y Alejandría, en Egipto. El viaje no estuvo libre de inconvenientes, en la costa del Mar Rojo sufrió la avería de un turbo, que tuvo que ser reparado en Heraklion, Grecia. Luego, el itinerario pasó por Frankfurt, en Alemania, Islandia y Groelandia. En la Península del Labrador, en Canada, fue la parada previa antes de llegar a Estados Unidos, donde realizó posteriormente varias escalas que fueron desde Burlington a Washington y luego Fort Lauderdale, en Florida.

Junto al Piper y al “Gringo” Enrique pasaron luego por Bahamas, República Dominicana, Guyana, Brasil, para recién ingresar a suelo argentino, en Puerto Iguazú. Esa fue la última parada para luego llegar a Salta, donde de acuerdo a lo previsto permanecerá dos días, para avanzar hacia su destino final.

Carlos es ingeniero agrónomo, pero también amante de los cielos. A los 17 años comenzó a pilotear gracias a su padre, quien fue fundador del Aeroclub de Usuhaia. “Él me transmitió la pasión de volar”, recordó Juncosa. 

Su llegada a Salta no pasó desapercibida. Algunos pilotos salieron en sus aeronaves a recibirlo en pleno aire, otros lo siguieron de cerca a través de internet. Cada detalle de este formidable viaje por tres continentes, será volcado en un libro que Juncosa volcará en un libro, que ya genera gran expectativa entre sus seguidores.